El padre de una niña de 11 años, uno de los cuatro niños atropellados y asesinados por un automóvil en el noroeste de Sydney, murió después de una batalla contra el cáncer.
Bob Sakr, de 53 años, reveló en junio que había estado luchando contra el cáncer durante aproximadamente un año, pero la enfermedad se había vuelto repentinamente agresiva y le habían dado semanas de vida.
Su hija Veronique, junto con sus primas Sienna, de ocho años, Angelina, de 12 y Antony, de 13, fueron atropelladas por un ute que se había subido a la acera en Oatlands en febrero de 2020 cuando los niños iban a comprar helados.
La familia y las organizaciones en las que participó Sakr confirmaron su muerte en publicaciones en las redes sociales, revelando que Sakr había muerto el sábado y que su funeral se llevó a cabo el miércoles en la Iglesia Catedral de Maroun en Redfern.
“Hoy fue uno de los días más tristes de mi vida”, escribe el hermano mayor del Sr. Sakr, David, en Facebook, “En nuestros corazones vivirás para siempre.
“Ahora te has reunido con tu bebé Veronique y con mamá y papá”.
El australiano libanés, un centro comunitario autodenominado, también rindió homenaje a Sakr en Facebook.
“Este momento es una celebración para Veronique Sakr, celebrando a sus papás. [sic] llegada al cielo”, escribieron el miércoles, concluyendo con una oración.
El amigo Luigi Pelaia escribió: “RIP Bob Sakr. Hasta que volvamos a cabalgar. Su [sic] en un lugar mejor y reunidos con tu Ángel.”
Otra amiga, Mary-Anne Maz, escribió: “condolencias a toda la familia, especialmente a su hijo Michael. Descansando con su hija Veronique”.
Samuel William Davidson conducía la camioneta de forma imprudente y a gran velocidad cuando golpeó al grupo de niños en 2020, y luego se declaró culpable de cuatro cargos de homicidio involuntario.
Fue sentenciado a 28 años de prisión, con un período sin libertad condicional de 21 años en 2021, pero el Tribunal de Apelación Penal de Nueva Gales del Sur redujo su sentencia a 20 años sin libertad condicional durante 15 años en 2022, después de que la sentencia original se consideró demasiado duro.