Una nueva investigación ha descubierto que el polen conservado en rocas de 250 millones de años contiene compuestos que funcionan como protector solar, estos son producidos por las plantas para protegerlas de la dañina radiación ultravioleta (UV-B). Los hallazgos sugieren que un pulso de UV-B desempeñó un papel importante en el evento de extinción masiva del final del Pérmico.
Científicos de la Universidad de Nottingham, China, Alemania y el Reino Unido, dirigidos por el profesor Liu Feng del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, han desarrollado un nuevo método para detectar compuestos similares a los protectores solares de las plantas en los granos de polen fósiles. La investigación ha sido publicada hoy en Avances de la ciencia.
El evento de extinción masiva del final del Pérmico (hace 250 millones de años) es el más severo de los cinco grandes eventos de extinción masiva con la pérdida de ~ 80% de las especies marinas y terrestres. Esta catastrófica pérdida de biodiversidad fue una respuesta a una emergencia paleoclima provocada por el emplazamiento de una erupción volcánica a escala continental que cubre gran parte de la actual Siberia. La actividad volcánica impulsó la liberación de cantidades masivas de carbono que habían sido encerradas en el interior de la Tierra hacia la atmósfera, generando un calentamiento de efecto invernadero a gran escala. Acompañando a este evento de calentamiento global hubo un colapso en la capa de ozono de la Tierra. El apoyo a esta teoría proviene de la abundante aparición de esporas malformadas y granos de polen que dan testimonio de una afluencia de radiación ultravioleta mutagénica.
El profesor Barry Lomax de la Universidad de Nottingham explica: «Las plantas requieren luz solar para la fotosíntesis, pero necesitan protegerse a sí mismas y, en particular, a su polen contra los efectos nocivos de la radiación UV-B. Para hacerlo, las plantas cargan las paredes exteriores de los granos de polen con compuestos que funcionan como protector solar para proteger las células vulnerables y asegurar una reproducción exitosa».
El profesor Liu Feng agrega: «Hemos desarrollado un método para detectar estos compuestos fenólicos en granos de polen fósil recuperados del Tíbet, y detectamos concentraciones mucho más altas en esos granos que se produjeron durante la extinción masiva y la fase pico de la actividad volcánica».
Los niveles elevados de UV-B pueden tener impactos de mayor alcance y más duraderos en todo el Sistema de la Tierra. Estudios de modelado recientes han demostrado que el estrés UV-B elevado reduce la biomasa vegetal y el almacenamiento de carbono terrestre, lo que exacerbaría el calentamiento global. La mayor concentración de compuestos fenólicos también hace que el tejido vegetal sea menos digerible, lo que hace que un entorno hostil sea aún más desafiante para los herbívoros.
Al resumir los hallazgos del grupo, el Dr. Wes Fraser de la Universidad de Oxford Brookes comentó: «El vulcanismo en una escala tan cataclísmica impacta en todos los aspectos del sistema terrestre, desde cambios químicos directos en la atmósfera, pasando por cambios en las tasas de secuestro de carbono, hasta la reducción del volumen de nutrientes nutritivos». fuentes de alimentos disponibles para los animales».
Fuente de la historia:
Materiales proporcionado por Universidad de Nottingham. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.