Desde el 16 de octubreth2024 al 3 de febrerotercerode 2025, el Museo del Louvre presenta una exposición centrada en El enigmático “Pierrot (Gilles)” de Antoine Watteau
Fuente: Louvre · Imagen: Antoine Watteau, “Pierrot (Gilles)” (detalle). París, Louvre
“El cuadro enigmático del Louvre por excelencia”: así describió el pintor y escritor Bernard Dufour a Pierrot, conocido durante mucho tiempo como Gilles, de Antoine Watteau (1684-1721). Más allá de la figura familiar e icónica de este extraño personaje vestido de blanco, la pintura es de absoluta singularidad. Todo sobre él, desde su historia hasta su composición, pasando por su iconografía y formato, intrigas y preguntas.
Los orígenes del lienzo siguen siendo completamente desconocidos, y su primera mención cierta data sólo de 1826. La interpretación del cuadro, inspirada en el mundo del teatro y, en particular, en Pierrot, el personaje cómico más famoso de la época, también sigue siendo compleja.
Gracias a la restauración llevada a cabo por el Centre de recherche et de restauration des musées de France (C2RMF) que acaba de devolver el cuadro a todo su esplendor, el museo del Louvre le dedica una exposición que es la monografía que merecía. La exposición examina esta misteriosa obra maestra ubicándola en el contexto de la vida teatral de principios del siglo XVIII y en relación con las obras de Watteau y sus contemporáneos.
Sin olvidar explorar la fascinación constante y fructífera que Gilles ha ejercido hasta hoy sobre creadores de todos los horizontes, desde Fragonard hasta Picasso, pasando por Nadar, Derain o Marcel Carné: pintores, escritores, actores, fotógrafos o cineastas: cada uno tiene, con talento, intentó desentrañar su cautivador enigma.
La exposición reúne sesenta y cinco obras (pinturas, dibujos, grabados, libros, fotografías y extractos de películas), entre ellas siete pinturas de Watteau, gracias al apoyo de numerosos museos franceses, europeos y americanos, como la Bibliothèque nationale de Francia, la Gemäldegalerie de Berlín, la Colección Wallace y la Galería Nacional de Arte de Washington.
Eterna página en blanco, a pesar de sus innumerables interpretaciones, Pierrot sigue siendo un comediante sin línea y un cuadro sin igual.