En declaraciones a la televisión estatal, el ayatolá Jamenei afirmó que había «pruebas» de la participación de los dos países.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó el miércoles que el colapso del gobierno sirio fue el resultado de un esfuerzo coordinado entre Estados Unidos e Israel.
«No debería haber duda de que lo que ha sucedido en Siria es el resultado de un plan conjunto estadounidense y sionista», dijo Jamenei en la televisión estatal. «Tenemos pruebas, y estas pruebas no dejan lugar a dudas».
También alegó la participación de un país vecino, pero no especificó de cuál se refería.
“Un Estado vecino, Siria, ha desempeñado un papel claro en este asunto y continúa haciéndolo. Todo el mundo puede ver esto”.
La rápida caída del gobierno de Bashar al-Assad se produjo después de una sorpresiva ofensiva rebelde que arrasó Siria a partir de finales de noviembre.
Las fuerzas de oposición capturaron rápidamente una serie de ciudades importantes, incluidas Alepo, Hama, Homs y, finalmente, la capital, Damasco, y encontraron poca resistencia a medida que el ejército sirio se desintegraba.
El 8 de diciembre, la televisión estatal siria transmitió una declaración en vídeo de un grupo de hombres anunciando que al-Assad había sido derrocado y que todos los prisioneros habían sido liberados.
Los funcionarios rusos y los medios estatales iraníes confirmaron que al-Assad había abandonado Siria, y las agencias de noticias rusas informaron poco después que él y su familia habían llegado a Moscú y se les había concedido asilo.
Más de una década de conflicto
El conflicto de 13 años en Siria comenzó en 2011, cuando las protestas antigubernamentales fueron brutalmente reprimidas.
La guerra civil que siguió se cobró casi medio millón de vidas y desplazó a la mitad de la población siria de 23 millones de habitantes antes de la guerra.
Respaldado por sus aliados Irán y Rusia, al-Assad recuperó gradualmente el control de gran parte del país, dejando a los grupos de oposición confinados al noroeste.
Sin embargo, a finales de noviembre, las fuerzas de oposición lideradas por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham lanzaron una ofensiva a gran escala.
Con los aliados tradicionales del régimen enredados en otros conflictos –en particular la guerra de Rusia en Ucrania y las hostilidades en curso entre Israel e Irán– al-Assad recibió poco apoyo para apuntalar su poder.
El primer ministro de Siria, Mohammed Ghazi Jalali, ha anunciado que el nuevo gobierno está dispuesto a “extender la mano” a una administración encabezada por la oposición.