DUBLÍN, IRLANDA – El delantero nigeriano nacido en Londres Ademola Lookman anotó un sensacional hat-trick para asegurarle al Atalanta una victoria por 3-0 sobre el Bayer Leverkusen, consiguiendo el título de la Europa League el miércoles. Este triunfo marca apenas el segundo gran trofeo en los 117 años de historia del Atalanta.
Lookman abrió el marcador con dos goles en los primeros 26 minutos y selló la victoria con un tercero, a 15 minutos del final, convirtiéndose en el sexto jugador en anotar un hat-trick en una final europea, una hazaña que no se logró en 1975.
“Esta noche jugamos un partido fantástico. En todos los ámbitos, creo que desde el primer minuto mostramos nuestra intención. Hicimos una primera parte fantástica. Y en la segunda parte no nos dormimos en los laureles. Seguimos presionando”, dijo Lookman después del partido.
La actuación de Lookman fue una clase magistral de agilidad, equilibrio y precisión. Su sigilo en el área penal, su hábil juego de pies y sus precisos disparos con ambos pies fueron factores clave en su destacada actuación.
El camino del delantero hasta este momento ha sido de perseverancia. Después de luchar por establecerse en la Premier League inglesa, Lookman revivió su carrera en Italia. Incluso el entrenador del Atalanta, Gian Piero Gasperini, admitió que no veía a Lookman como un delantero puro cuando llegó al club hace dos años.
Lookman atribuyó su éxito al apoyo de su familia, la confianza de Gasperini y la vida tranquila en Bérgamo. “Siempre he tenido confianza en mi capacidad para crear, marcar goles y ayudar a mis compañeros. En los últimos dos años, he podido llevar mi juego a un nuevo nivel”, afirmó.
La victoria del miércoles también puso fin a la notable racha invicta del Bayer Leverkusen y convirtió al Atalanta en el primer ganador italiano de la competición en 25 años. La victoria no sólo destacó el talento excepcional de Lookman sino que también solidificó el lugar del Atalanta en la historia del fútbol europeo.
Mientras continúan las celebraciones, el hat-trick de Lookman será recordado como un momento decisivo tanto para el jugador como para el club, mostrando las alturas que se pueden alcanzar con perseverancia, apoyo y el entorno adecuado.