Kampala, Uganda – Uganda está presenciando un aumento significativo en el cultivo de bambú, lo que marca un cambio transformador en su panorama agrícola. Reconocido por su rápido crecimiento y versatilidad, el bambú está surgiendo como una alternativa sostenible a los cultivos tradicionales, que ofrece beneficios tanto ambientales como económicos.
El gobierno de Uganda, junto con las autoridades locales, defiende el cultivo del bambú como recurso estratégico. Esta iniciativa tiene como objetivo aliviar la presión sobre las cada vez más reducidas reservas forestales proporcionando una fuente renovable de combustible para las comunidades rurales, preservando así los hábitats naturales de los eucaliptos y otras especies.
La resiliencia y adaptabilidad del bambú han sido aclamadas por los conservacionistas, que elogian su capacidad para prosperar en diversos climas. Mientras tanto, los empresarios y las empresas están aprovechando el potencial del cultivo, utilizándolo para una variedad de productos, desde muebles hasta palillos de dientes.
Taga Nuwagaba, un empresario y agricultor de bambú pionero, opera una fábrica de muebles de bambú cerca de Kampala. La empresa de Nuwagaba muestra la notable flexibilidad del cultivo. «Fabricamos una gran variedad de productos», explica, «entre ellos mesas, sillas, bolígrafos con puntas de bambú, tazas, trofeos y esculturas. Hay un margen considerable para ampliar nuestra gama».
En todo el país se cultivan especies de bambú asiáticas importadas, junto con variedades autóctonas. Una de esas especies locales es parte integral de un manjar tradicional en el este de Uganda, lo que resalta la importancia cultural del bambú.
Kitara Farm, ubicada cerca de la ciudad de Mbarara en el oeste de Uganda, es un ejemplo del cultivo comercial de bambú. La granja, que abarca siete acres, es un modelo para el cultivo de bambú, con una reserva de 10.000 postes listos para el mercado. Joseph Katumba, el cuidador de la granja, enfatiza la longevidad del bambú y señala que una plantación bien administrada puede producir durante más de 50 años. «El bambú representa un legado sostenible para las generaciones futuras», reflexiona Katumba.
A diferencia de las plantaciones tradicionales de eucalipto, el bambú ofrece un ciclo de crecimiento durante todo el año sin una temporada de cosecha específica. Esta característica, junto con su rápida tasa de crecimiento y adaptabilidad del suelo, posiciona al bambú como una alternativa ecológica.
A pesar de estas ventajas, la expansión del mercado sigue siendo crucial. Nuwagaba señala la necesidad de una mayor conciencia y utilización de los productos de bambú para estimular la demanda y alentar a más agricultores a adoptar el cultivo de bambú.
También se está reconociendo la viabilidad económica del bambú, y los bancos ofrecen préstamos de «capital de plantación» para el cultivo de bambú. Steve Tusiime, un entusiasta del bambú y propietario de un vivero, defiende los beneficios ambientales de la planta junto con su potencial económico. Sin embargo, a pesar de sus ventajas, la escala de las plantaciones de bambú y el crecimiento de la industria aún no han cumplido las expectativas.
El gobierno de Uganda tiene planes ambiciosos para expandir el cultivo de bambú, con el objetivo de plantar 300.000 hectáreas para 2029 como parte de esfuerzos más amplios de reforestación. Sin embargo, lograr este objetivo requiere una movilización y un apoyo significativos para los agricultores de todo el país.
A medida que Uganda avanza con su iniciativa del bambú, la promesa del cultivo de una economía más verde y un desarrollo sostenible es cada vez más evidente. Fomentar una adopción más amplia y construir un mercado sólido para los productos de bambú será fundamental para aprovechar todo su potencial como piedra angular de la estrategia agrícola y ambiental de Uganda.