El gobierno congoleño ha presionado previamente para que la fuerza –conocida como MONUSCO– se retire, pero una nota enviada al Consejo de Seguridad por la misión del Congo ante las Naciones Unidas en Nueva York muestra que Kinshasa pidió que se renovara la operación.
«Mi gobierno está a favor de una postura firme de la Fuerza MONUSCO», escribió la misión en la nota -titulada una «visión para la retirada de MONUSCO y la renovación de su mandato» – a la que tuvo acceso Reuters.
La renovación significa que casi 11.000 cascos azules continuarán su despliegue hasta al menos diciembre de 2025, y seguirán siendo una parte clave de las operaciones de seguridad en el este del Congo, rico en minerales, donde muchos grupos rebeldes luchan por territorio y recursos.
Después de retirarse de la provincia de Kivu del Sur, en julio se suspendió la salida prevista de la MONUSCO de Kivu del Norte e Ituri. En ese momento, el Congo dijo que las condiciones de seguridad no lo permitían, culpando a la presencia de tropas ruandesas en el Congo en apoyo a la insurgencia rebelde del M23. Ruanda niega respaldar al M23.
La resolución de la ONU “condena el apoyo de cualquier parte externa al M23 y a cualquier otro grupo armado que opere en la República Democrática del Congo, así como la intervención militar extranjera directa y no autorizada en el territorio de la República Democrática del Congo, y exige el cese de dicho apoyo y la retirada inmediata de cualquier tal partido de la República Democrática del Congo”.
Antes de la votación, el embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, se sintió frustrado porque “muchos miembros del consejo no están dispuestos” a denunciar específicamente a Ruanda.
«Si no los denunciamos por las actividades que están realizando, esto les dará carta blanca para continuar haciendo lo que están haciendo», dijo a los periodistas el jueves por la noche. «Su apoyo al M23 es… inaceptable y el consejo debe adoptar una postura firme al respecto».
La misión de la ONU despliega actualmente 10.960 cascos azules y 1.750 civiles en el Congo, principalmente en el este. En 2023, el presidente Felix Tshisekedi pidió que se acelerara su salida, acusándolos de fracasar en su misión de mantener la paz.
Su presencia se había vuelto cada vez más impopular e incluso provocó protestas mortales por la percepción entre algunos residentes del este de que no habían protegido suficientemente a los civiles de la violencia de las milicias.
La nota de la misión de la ONU en el Congo al Consejo de Seguridad decía que aún debería estar bajo discusión un plan para una retirada ordenada, que «reorientaría gradualmente la presencia de la MONUSCO en las áreas más volátiles».