Después de sobrevivir semanas de combates en Jartum, Sanaa Mahmoud finalmente puso a salvo a su familia en El Cairo, pero dice que su hija todavía se despierta por la noche gritando debido a los disparos y los ataques aéreos que sacudieron su vecindario.
“Vieron todo, los disparos caían sobre nosotros en casa y vieron escenas horribles”, dijo Mahmoud, hablando en un refugio en El Cairo donde encontró refugio para sus dos hijas.
“Ella todavía grita en la noche y me grita ‘¿por qué esta gente viene a matarnos?’”, dijo.
En Jartum, Mahmoud describe cómo su hija corría hacia ella alarmada cada vez que escuchaba aviones de combate sobrevolando, temiendo que estuvieran en peligro.
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El relato es un vistazo al trauma que sufren cientos de miles de niños en Sudán, donde el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares han estado encerrados en semanas de conflicto que ha causado la muerte de cientos de personas.
UNICEF, la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, dice que 368 000 niños se han visto obligados a abandonar sus hogares en Sudán y otros 82 000 han huido a los estados vecinos. Se estima que 190 niños murieron en los primeros 10 días de la guerra y 1 700 resultaron heridos.
“Antes del conflicto ya teníamos 7 millones de niños, entre 6 y 18 años, en edad escolar, sin escolarizar. Ya teníamos 611 000 niños menores de cinco años que sufrían desnutrición aguda severa, con 3 millones de niños menores de cinco años que sufrían desnutrición en general”, dijo a Reuters el director de país de UNICEF en Sudán, Mandeep O’Brien.