El comportamiento altruista suele verse como una característica exclusivamente humana. Sin embargo, la investigación del comportamiento ha descubierto numerosos ejemplos de comportamiento altruista en el reino animal. En un nuevo estudio, investigadores de la Universidad de Berna muestran que los animales que ayudan a otros «desinteresadamente» a criar a sus crías generan una ventaja evolutiva.
El altruismo se define como hacer algo que beneficia a otra persona, a costa de uno mismo. En el reino animal, los ejemplos más sorprendentes de este altruismo ocurren en la crianza de la próxima generación. Las sociedades de animales que exhiben reproducción cooperativa incluyen cíclidos en el lago Tanganyika, algunos mamíferos, muchas especies de aves y numerosos insectos. En estas sociedades, por lo general, una sola pareja reproductora dominante produce crías y los otros miembros del grupo ayudan a criarlos. Por lo tanto, estos miembros del grupo actúan de manera altruista al cuidar de jóvenes que no son suyos.
Este tipo de cuidado tiene sentido desde una perspectiva evolutiva cuando los jóvenes son hermanos de los cuidadores: los cuidadores de cría transmiten con éxito los genes que estimulan el cuidado a través de sus hermanos, con quienes comparten estos genes. Sin embargo, desde una perspectiva evolutiva no parece tener sentido cuidar de jóvenes con los que no se tiene parentesco. Entonces, ¿por qué los miembros del grupo no relacionados a menudo ayudan a criar jóvenes «extranjeros»? Un nuevo estudio en el Avances de la ciencia revista académica de Irene García Ruiz y Michael Taborsky del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna, en colaboración con Andrés Quiñones de la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia, y la Universidad de Neuchâtel, revela cómo este cuidado altruista de los jóvenes pueden evolucionar por selección natural.
Los beneficios de la aptitud genética son clave
La selección natural favorece los rasgos que mejoran la aptitud genética de los portadores. Los individuos con mejores posibilidades de supervivencia suelen beneficiarse de un mayor éxito reproductivo a lo largo de su vida. «Si pertenecer a un grupo social produce una ventaja de supervivencia esencial, la reproducción cooperativa puede evolucionar. Esto se muestra en nuestro estudio utilizando simulaciones por computadora», dice la autora principal Irene García Ruiz. Usando modelos matemáticos, los investigadores pudieron simular las decisiones de los miembros del grupo que afectaron su aptitud genética, para que pudieran comparar sus tasas de éxito resultantes.
Cuando hay una ventaja de supervivencia en la vida en grupo, el estudio revela dos formas en que la selección natural hace que los miembros subordinados del grupo ayuden a cuidar a las crías de los reproductores dominantes. Se aplica una posibilidad si los jóvenes están estrechamente relacionados, por ejemplo, los hermanos de los cuidadores, como se describe anteriormente. En esta situación, el cuidado aumenta la probabilidad de que los genes compartidos entre los ayudantes y los receptores de la ayuda se propaguen a la siguiente generación (un mecanismo denominado «selección de parentesco»).
La segunda forma implica lo que se conoce como «selección individual», que no depende de los niveles de parentesco. Cuando el cuidado altruista de la cría da como resultado que sobrevivan más animales jóvenes, el grupo social se expande. A su vez, esto aumenta las posibilidades de supervivencia de los cuidadores, porque reduce su propio riesgo de ser víctima de un depredador, por ejemplo. Por lo tanto, aumenta la probabilidad de que puedan reproducirse con éxito más adelante. Ambos mecanismos de selección interactúan positivamente entre sí.
El mecanismo de selección que prevalece depende de las condiciones ambientales.
“Un hallazgo clave de nuestro estudio es que el contexto ambiental determina cuál de estos dos mecanismos de selección entra en juego, es decir, cuál es más significativo para la evolución de la crianza cooperativa”, dice Irene García Ruiz. Si las condiciones ambientales son favorables (pocos depredadores), entonces la selección por parentesco es el mecanismo de selección más importante para el cuidado cooperativo. Si las condiciones ambientales son menos favorables (más depredadores), entonces aumentar las posibilidades de supervivencia de los individuos aumentando el número de miembros del grupo es un mecanismo de selección más importante que causa el cuidado de la descendencia por parte de los padres.
«Si a un animal le va mejor permaneciendo en su territorio y criando a la descendencia de otros en el grupo, o más bien moviéndose a otro lugar para intentar reproducirse de forma independiente, varía con la edad de un individuo», dice Michael Taborsky. Dependiendo del contexto ambiental, la selección natural favorece que los animales se alejen de su territorio antes o después.
El hallazgo particularmente notable de este estudio es que la importancia relativa de la selección de parentesco y la selección individual varía según el contexto ambiental, y que tanto la edad de los animales como las condiciones ecológicas influyen significativamente en la selección de filopatría y altruismo.
Los animales salvajes están evolucionando más rápido de lo que nadie pensaba
Irene García-Ruiz et al, La evolución de la crianza cooperativa por efectos de aptitud directos e indirectos, Avances de la ciencia (2022). DOI: 10.1126/sciadv.abl7853
Citación: El comportamiento desinteresado tiene razones evolutivas (30 de mayo de 2022) recuperado el 31 de mayo de 2022 de https://phys.org/news/2022-05-unselfish-behavior-evolutionary.html
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