BEIJING, China: Debido a la debilidad de la demanda interna y mundial, las continuas interrupciones en la producción relacionadas con la COVID-19 y la crisis del sector inmobiliario nacional, las exportaciones e importaciones de China se contrajeron a su ritmo más pronunciado en al menos dos años y medio en noviembre.
La recesión que afecta a la segunda economía más grande del mundo es considerablemente peor que las previsiones del mercado, con nuevos períodos de disminución de las exportaciones que subrayan un fuerte retroceso en el comercio mundial a medida que los consumidores y las empresas recortan el gasto en respuesta a las acciones agresivas de los bancos centrales para frenar la inflación.
Los datos oficiales informaron que en noviembre, las exportaciones se contrajeron un 8,7 por ciento respecto al año anterior, en comparación con una caída del 0,3 por ciento en octubre, el peor desempeño desde febrero de 2020.
Si bien Beijing está flexibilizando algunas de sus estrictas restricciones por el COVID-19, los envíos salientes han disminuido desde agosto debido al aumento de la inflación, los aumentos de las tasas de interés en muchos países y la invasión rusa de Ucrania.
En una nota, Julian Evans-Pritchard, economista senior de China en Capital Economics, dijo que es probable que las exportaciones se reduzcan aún más en los próximos trimestres y que «los envíos salientes recibirán un impulso limitado por la relajación de las restricciones de virus de China, que ya no son un limitación importante en la capacidad de los fabricantes para cumplir con los pedidos».
«La caída de la demanda mundial de productos chinos tendrá una consecuencia mucho mayor debido a la reversión de la demanda de la era de la pandemia y la recesión mundial que se avecina», agregó.
En respuesta a la presión sobre la economía, los medios estatales chinos informaron que se estaba llevando a cabo una reunión de alto nivel del gobernante Partido Comunista, en la que el gobierno se comprometió a centrarse en estabilizar el crecimiento, promover la demanda interna y abrirse al mundo exterior en 2023.
«La reunión del Politburó celebrada ayer apunta a la demanda interna como el principal motor del crecimiento para el próximo año, y la política fiscal seguirá siendo proactiva para respaldar la demanda», dijo Hao Zhou, economista jefe de Guotai Junan International, citado por Reuters.
Casi tres años de restricciones por la pandemia de COVID-19 han afectado considerablemente a la economía china y han causado frustración y fatiga generalizadas en todo el país.