Según el informe de Javier Miguel en COMOEl vestuario del Barcelona se enfrenta actualmente a un nivel de frustración y presión sin precedentes.
Curiosamente, esto ha tenido un impacto notable en la forma en que el entrenador Hansi Flick trata a sus jugadores después de los resultados recientes.
Tras el decepcionante empate 2-2 contra el Real Betis, Flick decidió no regañar al equipo con tanta dureza como lo había hecho tras sus malas actuaciones anteriores.
En cambio, expresó preocupación por la situacióndescribiéndolo como «preocupante,» pero optó por un enfoque más mesurado que en enfrentamientos anteriores.
Flick está preocupado y frustrado.
Por si sirve de algo, los resultados que más preocupación han causado en el proyecto de Flick no han sido las derrotas sino los empates. La primera vez que mostró verdadero enfado se produjo después de que el Barcelona dejara escapar una ventaja de 2-0 ante el Celta de Vigo.
Ese partido fue crucial y el equipo tenía el control del partido, pero dejaron que su ventaja desapareciera, dejando a Flick visiblemente furioso.
No perdió tiempo en dirigirse a la plantilla en el vestuario visitante, donde quedó patente su frustración.
Su reprimenda fue intensa, y los presentes en ese momento afirman que fue una de las reprimendas más memorables de la historia reciente, y que los jugadores se lo tomaron en serio.
Los errores se repitieron
Sin embargo, a pesar del contundente mensaje enviado ese día, los mismos errores resurgieron apenas dos semanas después. La actuación del equipo ante el Betis volvió a dejar a Flick descontento.
Si bien sus críticas no fueron tan feroces como las de Vigo, el enfado seguía siendo evidente. Su mensaje fue firme y claro: «O jugamos al 100% o no ganaremos partidos».
Fue una advertencia severa, pero esta vez el tono de Flick fue un poco más comedido, ya que pudo ver cuán afectados estaban sus jugadores.
El enfoque de Flick muestra un equilibrio entre responsabilizar a sus jugadores y comprender su estado mental actual.
Con la situación cada vez más tensa, está claro que el entrenador está tratando de motivar al equipo y al mismo tiempo reconoce el costo emocional que les han causado los últimos resultados.