En El albañilel aplomo de Boldy no se siente fuera de lugar en medio de la creciente entropía de Fraud, incluso en colaboraciones más orientadas a la corriente principal como la destacada “Cecil Fielder”, asistida por Tee Grizzley, donde no hay dudas sobre quién ejerce el control. El superpoder de Boldy siempre ha sido hacer que las frases minuciosas parezcan monumentales, incorporando sabiduría sabia sobre la mortalidad y la precariedad en sus crónicas callejeras. “Esta mierda callejera abre un juego/Un minuto eres él, al minuto siguiente vuelves a ponerte nervioso”, rapea con su característica seguridad en “Pillar to Post”, muy consciente de lo rápido que la mierda puede cambiar en un centavo. La reflexión ha sido durante mucho tiempo un sello distintivo de los raps de Boldy, pero a medida que continúa distanciándose de lo traumático Después del devastador accidente automovilísticosu gama de recuerdos se amplía para poner todo su viaje bajo un microscopio.
El nivel de detalle evocador de Boldy es extraordinario: construye mundos extensos a partir de sus recuerdos de Detroit en cuestión de segundos. Las especificidades surgen en el primer plano de la mente de Boldy como pensamientos intrusivos: vincularse con afiliados en la calle cuyos nombres solo podrías recordar si hubieras tenido tus propios pies plantados en ellos, necesitar que te convencieran de no eliminar a un rival en su camino hacia la cima. , ve imágenes viscerales de balas atravesando la espalda y saliendo del estómago, y siente una mentira cuando escucha cambios mínimos en los tonos de la voz a través de un teléfono. En “Harvey Grant”, parece como si te estuviera presentando todo su árbol genealógico mientras realiza entregas en Target y Home Depot locales, y termina con una petición de oración: “Perdóname por mis pecados y toda la maldad en los corazones de los hombres. .”
La brillantez técnica de Boldy and Fraud en El albañil es directo y preciso, no demasiado complicado, y permite que sus respectivos estilos de producción y escritura encajen como piezas de un rompecabezas. Este tipo de enfoque sencillo se apoya en la calidad y confiabilidad intrínsecas, no en campanas y silbatos y saltos a la estratosfera. Más cerca, “Fish Grease” divaga con un coro vocal pacífico que podría poner la banda sonora a una ascensión al cielo mientras Boldy lleva al oyente a través de un catálogo sorprendentemente franco año tras año de sus triunfos épicos y sus triunfos épicos. “Recuerdo haber molido bajo la lluvia, las noches en las que llovía a cántaros/ Ahora estoy en el Range hidroplaneando, trabajo más blanco que una servilleta de comedor/ Hood me llama Sir Brick Van Exel, también conocido como Sr. Pyrex Chapman/ Clio golpeando el lila, el teléfono golpeando como en un teletón”, sonríe con discreta satisfacción. Es cierto que, según la mayoría de las estimaciones, el lechero comenzó a desaparecer de la vista del público en la década de 1960, obstaculizado por la proliferación de suburbios, tiendas de comestibles y refrigeradores. Pero en la expresión de Boldy, casi se puede escuchar un guiño de complicidad, como si estuviera seguro de que su tipo de magnetismo nunca pasará de moda, sin importar cuánto cambien las cosas a su alrededor.