El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, sobrevivió el martes a un esfuerzo de destitución en la Asamblea Nacional cuando los legisladores de la oposición no lograron reunir los 92 votos necesarios, mientras los disturbios proseguían y el diálogo con el movimiento indígena seguía suspendido.
Durante ocho horas, los 137 asambleístas, reunidos por primera vez en la historia de Ecuador de forma virtual, escucharon los argumentos contra Lasso planteados por la oposición, principalmente del partido Unión por la Esperanza vinculado con el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Los opositores solo alcanzaron 80 votos e incluso hubo denuncias de cuatro asambleístas sobre una recepción en el sistema computarizado porque sus votos habían sido por el NO a la censura y aparecieron como SI. Un video que circuló supuestamente evidenciaba que un legislador votó por el NO y se convirtió en un sí.
El presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, dispuso “que de manera inmediata” se hizo “una investigación exhaustiva de absolutamente todo, incluso de quién es la persona o las personas que salen en ese video y quién es el que supuestamente vota para que se aclare a la opinión pública”.
Una nueva votación arrojó un resultado similar del fracaso de la destitución.
Horas antes, Lasso rompió el diálogo con los indígenas después de conocerse la muerte de un militar en una emboscada de un grupo desconocido a una caravana militar que custodiaba a 17 camiones cisterna que trasladaban combustible en la región de la Amazonia.
El presidente solicitó un cambio de interlocutor de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) para continuar las negociaciones, tras no llegar a un acuerdo con el actual líder Leonidas Iza.
“No nos sentaremos a dialogar con Leonidas Iza, quien solo defiende sus intereses políticos y no los de sus bases a nuestros hermanos indígenas”, dijo Lasso. “Ustedes merecen más que un oportunista como líder. No vamos a negociar con quienes mantienen al Ecuador como rehén, mientras no existan las garantías necesarias no se puede continuar con el proceso de diálogo”.
disturbios
Los disturbios se producen en el marco de un paro nacional decretado por la CONAIE en demanda de la reducción del precio de la gasolina, un mayor presupuesto para la salud y la educación, y la fijación de precios de productos agropecuarios.
Las protestas se han caracterizado por férreos bloqueos de vías que impiden el paso de alimentos, combustibles e incluso ambulancias. El primer efecto ha sido un notable desabastecimiento en algunas ciudades, donde los precios de los productos agrícolas se han duplicado o triplicado.
Mientras la votación tenía lugar en la Asamblea Nacional, en varios lugares de Quito se registraron violentos ataques a unidades policiales comunitarias, que provocaron incendios y destrozos. Por las avenidas descendieron decenas de camiones con cientos de manifestantes armados con palos y cuchillos para atacar a los transeúntes, lo que convirtió las calles en una zona de guerra.
Los manifestantes circularon por el norte capitalino golpeando cuanto vehículo particular encontraron a su paso, a muchos de los cuales también les cortaron las llantas, mientras obligaban a los negocios a cerrar bajo amenaza.
La policía concedió que las unidades de vigilancia comunitaria de las gigantescas barriadas de Calderón y Carapungo, en el extremo norte quiteño, quedaron completamente destruidas después de un ataque con bombas incendiarias, pero los agentes lograron huir a tiempo.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, publicó en Twitter videos de los ataques y pidió a las fuerzas del orden atajar la violencia.
“Exijo una vez más a la policía y al ejército encargados del orden público que nos protegen de estos vándalos”, dijo en el mensaje.
[Con información de AP]
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