Maravíllate con las diminutas estructuras a nanoescala que emergen de los laboratorios, y es fácil imaginar que estás hojeando un catálogo de la cerámica más pequeña del mundo: diminutos jarrones, cuencos y esferas. Pero en lugar de hacerlos de arcilla, los investigadores diseñaron estos objetos a partir de moléculas de ADN parecidas a hilos, dobladas y plegadas en objetos tridimensionales complejos. Estas creaciones demuestran las posibilidades de un nuevo programa de software de código abierto.
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