Autoridades policiales y militares detuvieron el martes en la Ciudad de México a un presunto líder de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) que es requerido en Estados Unidos por homicidio, robo, y uso de armas de guerra, entre otros delitos.
El salvadoreño José Wilfredo Ayala Alcántara, alias “Indio” o “El Indio de Hollywood”, fue detenido en la colonia Buenavista del centro de la capital mexicana durante un operativo en que participaron elementos de la Secretaría de Marina, del Centro Nacional de Inteligencia, y de la policía, informado a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
De acuerdo con las investigaciones, Ayala Alcántara, de 55 años, es el segundo al mando de la Mara Salvatrucha MS-13.
Ayala Alcántara fue localizado después de darle seguimiento a una denuncia ciudadana en la que se reportó la presencia del presunto pandillero en el país. El detenido utilizó una identidad falsa y se movía entre el estado de Hidalgo, en el centro de México, y la capital. Las autoridades no precisaron desde cuando entraron al país.
Ayala Alcántara tiene una orden de aprehensión en Houston, Texas, donde es requerida por los delitos federales de homicidio, robo y portación de armas, tuiteó el secretario de Seguridad Ciudadana de la capital, Omar García Harfuch.
El detenido fue puesto a disposición del Instituto Nacional de Migración para su deportación y entrega a las autoridades que lo requieren, precisó la dependencia.
Hace dos meses, la oficina del fiscal de distrito este de Nueva York anunció cargos contra 13 presuntos cabecillas de la MS-13, a quienes acusó de dirigir actividades criminales, incluidos asesinatos, en Estados Unidos, México y El Salvador, entre otros países, a lo largo de las ultimas dos decadas.
El FBI detuvo en febrero pasado a cuatro supuestos líderes de la pandilla en el Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston después de haber sido expulsados de México.
Los 13 acusados fueron identificados como miembros de la estructura de mando de la pandilla, quienes desempeñaron importantes funciones en las operaciones internacionales de la organización.
Según las autoridades estadounidenses, los acusados autorizaron y dirigieron actos violentos, incluidos varios asesinatos en Estados Unidos y México, como parte de un esfuerzo para expandir la influencia y control territorial de la pandilla.
En El Salvador, los supuestos líderes de la pandilla operaron campos de entrenamiento de estilo militar para el manejo de armas de fuego y explosivos.
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