El premio también destaca cuán lejos ha llegado Costa Rica: en la década de 1990, el país tenía las tasas de deforestación global más altas del mundo y quedaba menos de una cuarta parte de su cubierta forestal original, en gran parte debido a la expansión agrícola y la tala.
Desde entonces, las políticas que fomentan las prácticas de uso sostenible de la tierra han demostrado ser exitosas para revertir el declive y, hoy, Costa Rica es uno de los únicos países del mundo que revirtió la deforestación, detuvo la pérdida de biodiversidad y aumentó la cobertura forestal a más de la mitad. su territorio total, mientras que creciente crecimiento económico.
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