Lavarse las manos con gel hidroalcohólico, olerlo y utilizar un código QR para responder a un breve cuestionario. Estas acciones muy simples conforman el primer sistema de detección masiva patentado del mundo para casos de COVID.
Un grupo de investigación de la Universitat Rovira i Virgili, en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, ha desarrollado este método, que se basa en técnicas de inteligencia artificial. El modelo determina instantáneamente qué personas tienen un riesgo bajo, medio o alto de tener la enfermedad en ese momento con una sensibilidad del 97%. El primer prototipo de este dispositivo se ha instalado en la entrada del Hospital Universitario Sant Joan de Reus y los resultados de la investigación se han publicado en la revista Informes científicos.
Los cítricos y la manzana son dos de los primeros aromas que las personas con el virus SARS-CoV-2 dejan de detectar. La anosmia, es decir, la pérdida de la capacidad de detectar olores, ha sido uno de los síntomas característicos de la COVID desde el inicio de la pandemia. Pero no es el único. La temperatura alta, el dolor de cabeza, la tos, las molestias y el dolor de garganta son signos del coronavirus, pero también de un resfriado o gripe. Entonces, sin ninguna prueba de diagnóstico, ¿cómo puede saber a qué virus se deben sus síntomas?
El sistema que se ha patentado se basa en un gel hidroalcohólico al que se le ha añadido una concentración particular de una esencia cítrica. “Sabíamos por los resultados de investigaciones anteriores que este aroma es uno de los primeros que los enfermos de COVID no pueden percibir cuando pierden el olfato”, explica Eduard Llobet, investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática de la URV. “Hicimos pruebas con diferentes concentraciones hasta determinar la que necesitábamos”, agregó.
Este test se realizó a aproximadamente 500 pacientes que, durante la segunda ola de la pandemia, acudieron al servicio de urgencias del Hospital Universitario Sant Joan de Reus y a los centros de atención primaria de Reus por presentar síntomas similares a los de la COVID o por ser asintomáticos pero había estado en estrecho contacto con un caso positivo. Tenían que frotarse las manos con el gel y luego olerlas después de tres segundos.
El resultado se consideró negativo si reconocían una fruta cítrica y positivo si no podían oler el gel o no podían detectar un aroma cítrico. Una vez hecho esto, los participantes en el estudio debían rellenar un breve cuestionario con el resultado de la prueba del olfato y otros datos como la edad, el sexo y la presencia o ausencia de diferentes síntomas.
“Le dimos a cada síntoma un valor diagnóstico basado en nuestros cálculos, y fueron ocho los que consideramos estadísticamente significativos para detectar la enfermedad”, explicó Youcef Aceli, investigador del IISPV, que lideró la investigación. Una vez que los participantes habían dado sus respuestas, se les hacía una prueba PCR para comprobar el resultado.
“El sistema que hemos desarrollado se basa en aprendizaje automático y los resultados del cuestionario se han utilizado para generar un modelo que permite la detección masiva de casos de COVID cuando los recursos no permiten realizar pruebas diagnósticas”, explica Albert Fernández, investigador y desarrollador de la URV del algoritmo basado en inteligencia artificial. Los datos aseguran una sensibilidad casi total (97%), lo que lo hace útil como método de cribado poblacional.
“Los test de antígenos que hay en el mercado tienen una sensibilidad media del 80%, lo que significa que el número de falsos negativos es del 20%. Lo que hemos desarrollado no es un test diagnóstico, sino un sistema de cribado que pretende detectar el máximo número posible de positivos y prevenir falsos negativos», explicaron los investigadores.
Este dispositivo está diseñado para dejar en claro qué riesgo tienen las personas de tener COVID, lo que ayudará a interrumpir las cadenas de transmisión. “El objetivo es proteger a las personas más vulnerables y recordar a las personas con síntomas de COVID que se queden en casa o extremar las medidas de precaución, como llevar mascarilla y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias”, apunta Aceli.
El prototipo, para el que el IISPV y la URV han solicitado una patente europea, está en proceso de comercialización. El objetivo es que se instale en hospitales, residencias, colegios o transporte público, para que las personas que lo utilicen sean conscientes del riesgo de propagación del virus que tienen. La Unidad de Valorización de la URV y la Unidad de Innovación y Transferencia del IISPV han ayudado al equipo de investigación a proteger el sistema de cribado masivo.
Youcef Azeli et al, Una detección masiva de COVID-19 de aprendizaje automático basada en síntomas y una prueba olfativa simple, Informes científicos (2022). DOI: 10.1038/s41598-022-19817-x
Proporcionado por la Universitat Rovira i Virgili
Citación: Se ha desarrollado el primer sistema de cribado masivo de casos de COVID con una sensibilidad del 97 % (15 de diciembre de 2022) consultado el 15 de diciembre de 2022 en https://medicalxpress.com/news/2022-12-mass-screening-covid-cases -sensibilidad.html
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