BOGOTÁ, Colombia — Al menos seis personas murieron y más de cien resultaron heridas el domingo cuando las gradas de madera para espectadores en un festival taurino se derrumbaron, lo que provocó que la gente corriera en busca de seguridad.
El derrumbe tuvo lugar en Espinal, una ciudad de 75.000 habitantes a unas 95 millas al suroeste de la capital, Bogotá, a una corraleja, una fiesta en la que se invita al público a enfrentarse a los toros, incluso cabalgándolos o burlándose de ellos. Es más informal que la tradicional corrida de toros española, y al final no se mata al toro.
Entre los asesinados el domingo se encontraba un niño de 1 año, según medios localesque también informó que el toro se había escapado y andaba suelto por las calles.
Un concejal de la ciudad llamó a los hospitales cercanos y a los servicios de ambulancia para pedir ayuda, y el propio Espinal se vio abrumado rápidamente.
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, expresó sus condolencias el domingo por la tarde y señaló que su país había experimentado desastres similares antes. En 1980, las gradas para espectadores se derrumbaron en la ciudad norteña de Sincelejo, matando a cientos. Más tarde se culpó al hacinamiento y la mala construcción.
“Esto ha pasado antes, en Sincelejo”, dijo Petro. dijo en Twitter. “Pido a la alcaldía que no autorice más espectáculos con muerte de personas o animales”.
La práctica se ha enfrentado a muchos desafíos legales a lo largo de los años y se ha prohibido de forma intermitente en algunas partes del país por preocupaciones sobre la crueldad con los animales y el peligro para los espectadores.
En 1989, Gradas colapsadas en Hondaun pueblo en las afueras de Bogotá, matando a ocho e hiriendo a 200. En 2006, un incidente similar decenas de heridos en un pueblo no lejos de Espinal. Y en 2013, un toro ataca a espectadores en la ciudad norteña de Arjona, matando a dos hombres.
Sr. petro prohibió la práctica en Bogotá cuando se desempeñó como alcalde en 2012, pero desde entonces el tribunal constitucional del país ha dejado el tema en un limbo legal.
El presidente saliente de Colombia, Iván Duque, prometió apoyo.
“Vamos a pedir la investigación de los hechos, la pronta recuperación de los heridos y la solidaridad con los familiares de las víctimas”, dijo.