Las lluvias torrenciales que azotaron el oriente cubano durante tres días dejaron un saldo de seis muertos y cuantiosos daños materiales, sobre todo en la infraestructura vial.
El portal oficial Cubadebate detalló el martes que dos personas murieron en Granma, dos en Camagüey, una en Las Tunas y una en Santiago de Cuba, luego de un informe inicial el domingo de un fallecido.
No se informa las cifras totales de pérdidas de materiales. La víspera el presidente Miguel Díaz-Canel encabezó una reunión por videoconferencia con funcionarios de las áreas más afectadas para coordinar ayuda a las familias.
El mes de junio es parte de la temporada de lluvias en la isla, pero según expertos y funcionarios en algunos lugares fueron las peores inundaciones en 30 años.
Imágenes difundidas en los medios de prensa locales y las redes sociales mostraron ríos desbordados, carreteras cortadas, viviendas inundadas y personas evacuadas.
Granma, a unos 800 kilómetros al sureste de La Habana, fue la provincia que más daños sufrieron: 105 comunidades –unas 18.000 personas- quedaron aislados por los deslizamientos de tierra y la crecida de ríos. Unas 145 viviendas fueron afectadas y se reportó el deterioro de 89 kilómetros de rutas y caminos. Además hubo problemas en los servicios de agua y energía eléctrica.
Por su parte en Camagüey se registraron más de 80 kilómetros de vías afectadas y cerca de 860 hectáreas de cultivos perjudicados, así como 4.500 hectáreas de caña.
En Las Tunas fueron evacuadas 1.500 personas y otras 1.000 en Holguín.
Finalmente, en la provincia de Santiago hubo 40 asentamientos incomunicados debido al desborde de los ríos.
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