El gobierno cubano expresó este viernes su disgusto por la decisión de un juez de la Florida que absolvió a una persona nacida en la isla y acusada de cometer un ataque con arma de fuego contra la embajada cubana en Washington.
Alexander Alazo Baró fue detenido la madrugada del 30 de abril de 2020 con un cargador de fusil automático AK-47 en el momento en que estaba causando daños materiales a la sede diplomática, ataque en el que no hubo víctimas.
La cancillería cubana recibió “con profunda preocupación” la sentencia del juez que liberó a Alazo alegando demencia, indicó un comunicado de la dependencia oficial para la cual la sentencia “traslada un peligroso mensaje de impunidad para quienes se propongan tomar acciones violentas contra sedes diplomáticas en la ciudad de Washington”.
El atacante “fue detenido con inmediatez en el lugar de los hechos y el gobierno de los Estados Unidos le imputó cuatro delitos previstos en el Código Federal de ese país. Sin embargo, ha sido incapaz de calificar la acción por lo que es: un acto terrorista”, añadió el comunicado.
Desde el inicio del proceso, Cuba vinculó a Alazo –nacido en la isla y emigrado en 2010— con grupos religiosos a los cuales acusa de inspirar odio y violencia mediante sus prédicas.
Estados Unidos incluyó a la isla en una lista de patrocinadores del terrorismo, lo que le ocasiona un endurecimiento de las sanciones impuestas a lo largo de seis décadas por Washington presionando un cambio en el modelo político de la nación caribeña.
Sin embargo, La Habana sostiene que Cuba no implica un peligro para Estados Unidos u otros Estados, sino que por el contrario es la que ha recibido acciones violentas, ataques con bombas en su territorio y sufrido el asesinato de funcionarios y ciudadanos, algunos de cuyos responsables residen en el país vecino.
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