El gobierno de Estados Unidos pareciera no tener dudas sobre la victoria de Edmundo González en los comicios del 28 de julio en Venezuela, pese al resultado entregado por el Consejo Nacional Electoral, que proclamó ganador a Nicolás Maduro y que la oposición cataloga como fraudulento. Esta posición de Washington podría jugar un papel “fundamental” en la crisis postelectoral del país, según expertos.
“Yo creo que el papel de Estados Unidos es importante, pero no puede ser unilateral y debe ir de la mano de una respuesta regional que tiene que surgir por una preocupación compartida de los líderes democráticos de la región”, dijo a la Voz de América Tamara Taraciuk Broner, directora del programa de Estado de Derecho de Diálogo Interamericano, un centro de análisis en Washington.
La colaboración entre Estados Unidos y otros países de la región podría, según la experta, “mostrarle a Maduro ya los que lo rodean que no van a poder gobernar así porque no van a tener acceso a mercados, porque ni Rusia, ni China, ni Cuba, ni Turquía han abordado o solucionado la crisis económica de Venezuela”.
¿Es posible la amnistía?
Aunque informes recientes del periódico El Wall Street Journal alegaban una posible negociación de amnistía a Maduro a cambio de dejar el poder, el gobierno estadounidense aseguró que no ha propuesto ningún perdón al presidente venezolano.
Según el Departamento de Estado, tampoco estarían considerando imponer nuevas sanciones en el corto plazo contra Venezuela, en espera al resultado de un posible diálogo entre las partes.
Contra Maduro pesan cargos de narcotráfico en el Departamento de Justicia de EEUU y una recompensa de 15 millones de dólares que ofrece la agencia desde 2020 por información que conduzca a su arresto.
El 9 de agosto, en declaraciones frente al Tribunal Supremo en Caracas, Maduro aseguró: “Yo le respondo a los Estados Unidos de Norteamérica, ¿están dispuestos a darme lo que sea? Deme respeto a Venezuela, respeto a esta constitución, respeto a la independencia… no te metas en los aviones internos de Venezuela”.
Legisladores republicanos como Rick Scott, un fuerte crítico de la administración de Joe Biden, dijo a la VOA que Washington debe “reconocer a Edmundo González como presidente electo” y “asegurarse de que no lleguen fondos ni asistencia estadounidense a Maduro”.
Scott, senador republicano por Florida, agregó que EEUU podría “imponer sanciones” a los países “que prestan asistencia a Maduro” con el fin de ejercer más presión sobre él. Sobre la idea de una amnistía, aseguró que “si así es como los venezolanos tienen su libertad, eso es lo que tendremos que hacer mientras ninguna de esas personas vengan a EEUU”.
“Si el resultado es que va a dejar el poder, creo que deberíamos tener esas conversaciones. Si es para que se quede en el poder, no creo que haya que tener ninguna conversación”, agregó Scott.
El senador considera que muchos de sus colegas en el Congreso apoyarían la propuesta, pero promovieron como condiciones que ni Maduro ni “la gente que lo rodea” puedan ingresar o hacer negocios en Estados Unidos.
El abogado Igor Cuotto, especialista en resolución de conflictos, dijo a la VOA que de ofrecerse una amnistía, tendría que evaluarse a cuáles personas vinculadas al gobierno de Maduro estarían dispuestas a extender este beneficio. “Cómo entonces generar un acuerdo en el cual la salida sea lo suficientemente honorable para que él no se vea empantanado”, dijo.
En el lado demócrata, el senador Chuck Schumer ha reiterado que “las pruebas presentadas hasta ahora por observadores electorales creíbles indican claramente que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos” y llamó a Maduro a “respetar a los opuestos venezolanos y emprender una transición”. pacífica”.
“Hoy Venezuela está en un punto de inflexión y los dos posibles caminos son que se transforma en una dictadura pura y dura… o el otro camino que es mucho más beneficioso para todo el mundo menos para Maduro y los pocos que están aferrados al poder con él, es el camino de una negociación que no es un diálogo, porque aquí no estamos hablando de una conversación entre partes iguales, sino que es una negociación donde se les ofrecen incentivos para irse mostrándoles que ese es el mejor camino que tienen”, explicó Taraciuk Broner.
El abogado Cuotto acordó que cualquier negociación por parte de EEUU u otros países de la región debe ser para “la salida del presidente (Maduro). No se puede estar negociando otra cosa, porque si tú empiezas a negociar una cosa distinta, vas en contra del espíritu de lo que supuestamente manifestó la soberanía popular”.
Un camino al diálogo
La Casa Blanca asegura que apoya los esfuerzos diplomáticos de Colombia, México y Brasil para que el gobierno y la oposición venezolana entablen una negociación que resuelva la disputa electoral y para que haya una “transición pacífica de regreso a las normas democráticas”.
“Yo creo que Estados Unidos tiene un papel fundamental para jugar, pero esta debe ser una respuesta regional. No hay una solución a Venezuela que venga solo de EEUU”, agregó Taraciuk Broner, quien dijo que el papel de los presidentes Lula, López Obrador y Petro también son importantes pero deben evitar “legitimar” a Maduro.
El consenso de la región, apuntó la experta, debe ser “dejar de hablar con eufemismos” y “no solo pedir que no se violen derechos humanos, sino pedir que se termine con la represión. Y no solo pedir que se verifiquen los resultados electorales con actas, sino que una vez que esa evidencia no es presentación porque no existe, llame las cosas por su nombre y hablar de fraude”.
María Corina Machado, líder opositora venezolana, aseguró que estaría abierta a una negociación con Maduro “donde se le ofrecerán garantías e incentivos para que el régimen entienda”
“Yo creo que el único que tiene que negociar en este país con la Machado, es el fiscal General. Que se entregue ante la justicia, que dé la cara y responda por los crímenes que cometió. De verdad es la única negociación que cabe aquí”, respondió Maduro.
La OEA como vehículo
EEUU ha insistido en que su “esperanza y objetivo” es lograr un consenso entre los miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para emitir mensajes uniformes en torno a la crisis postelectoral de Venezuela.
Esto, pese a que unos días después de la elección, el organismo no logró ponerse de acuerdo para aprobar una resolución que llamaba a la publicación de actas ya la revisión independiente de ellas.
“Más que ponernos a pensar si el vehículo es la OEA o es otro, lo que tenemos que hacer es priorizar cómo generar ese consenso regional coherente e desideologizado, que ponga primero el respeto al derecho internacional y el respeto de la voluntad popular de los venezolanos. ”, concluyó la experta del Diálogo Interamericano.
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