Correa do Lago acusó a los países ricos de tratar de reducir sus contribuciones financieras a la lucha global contra el calentamiento climático, que según él estaba «profundamente equivocado» en vista de sus compromisos bajo el Acuerdo de París de 2015.
En la reunión de la COP30 en la ciudad de Amazonas de Belem en noviembre, Brasil empujará a los países desarrollados a intensificar su apoyo a la transición energética de los países en desarrollo.
«Tenemos que trabajar para que los países con responsabilidades históricas jueguen un papel más importante en el aspecto financiero», dijo.
Correa do Lago ha representado a Brasil en cada cumbre climática internacional desde que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva regresó al poder en enero de 2023.
Fue nombrado presidente de la COP30 el martes, un día después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sacó a su país del acuerdo de París por segunda vez y se duplicó sobre el uso de combustibles fósiles.
Correa do Lago admitió que, sin apoyo de los Estados Unidos, financiar la transición global a la energía limpia sería «más difícil».