Los flujos de millas de migrantes que abandonan cada día Guatemala, Honduras, El Salvador y México para intentar ingresar de forma irregular a Estados Unidos no cesan pese a los logros sociales que se atribuyen a los gobiernos de esos países, sostienen analistas.
El director ejecutivo del Centro de Recursos para Centroamericanos, CARECEN Washington, Abel Núñez, pone en perspectiva el tema de cara a la discusion del tema migratorio en el encuentro de presidentes del hemisferio occidental en la IX Cumbre de las Américas.
«Es una decepción», dijo a la Voz de América Núñez, en referencia al rechazo de los mandatarios centroamericanos a asistir al evento hemisférico. De acuerdo a su opinión, la decisión evidencia lo que llama falta de compromiso para afrontar la situación real.
El analista Eric Olson de la Fundación Seattle, coincide con Núñez en el impacto que causa la ausencia de los líderes de Centroamérica mientras los principales problemas siguen presentes.
La perspectiva «muy propia» de algunos mandatarios
El director ejecutivo de CARECEN en Washington sostiene que la presidenta Xiomara Castro en Honduras y Nayib Bukele en El Salvador «tienen una perspectiva muy propia de lo que ellos ven».
«Ellos pueden hablar de que los países están mejorando. En el caso de Honduras [se trata de] una mandataria que es la primera mujer con mucha esperanza de que van a haber cambios, pero la gente sigue saliendo del país», argumenta Núñez.
Y sobre el caso salvadoreño remarca el experto: “En El Salvador hay un presidente que dice que es la gloria con todo lo que está haciendo, pero la gente sigue saliendo del país”.
Núñez afirma que el presidente Joe Biden podría hablar de la migración bajo el mismo enfoque de afrontar las causas en los países, con la que ha perfilado el gobierno estadoundiense el tratamiento del tema migratorio desde que se estrenó en enero de 2021.
Pero entre líneas -agrega- hay que entender que la receta no parece funcionar porque se necesita mucha más cooperación de los gobiernos para afrontar el problema.
Sobre la petición a corporaciones para que inviertan en Centroamérica, el experto explica: «Eso no va cambiar si sólo es un sector, tiene [que incluir] el sector público, el sector privado y las organizaciones para ver sus características son las políticas regionales […] de país en país».
“Si los gobiernos no toman cartas en el asunto la cosa va seguir lo mismo, donde los migrantes pagan el precio de su migración”, argumentó Núñez.
Dada la complejidad del tema a afrontar por la administración Biden, este representante del movimiento pro-inmigrantes dice que pareciera que Estados Unidos en este contexto prefiere las relaciones bilaterales de país con país.
“Ahí puede tener más control”, afirma.
Dice que en este contexto «estamos viendo a presidentes más autoritarios que están haciendo más difícil la vida a sectores de la población». Así que en su opinión, la migración irregular solo tendería a aumentar.
Mas alla del tema migratorio
Aunque el tema migratorio será abordado por la urgencia que representa en todo el continente, para Eric Olson la cumbre tenía desde el año pasado establecido el enfoque de encaminar la discusión hacia “la gobernanza democrática”.
De ese objetivo de la cumbre han derivado -según este analista- los traspiés de los que se habla estos días con la ausencia de México y Honduras, que rechazan la invitación por no estar presentes Cuba, Nicaragua y Venezuela, a los que claramente la Casa Blanca tenia fuera de la lista.
En ese sentido, dice Olson, México debería tener claro el tema y objetivo de la cumbre encaminada a discutir sobre democracia y como robustecer el sistema democrático en la región “y es obvio que los países excluidos carecen de democracia”.
Para este experto dentro de Centroamérica para Estados Unidos se presenta un problema complejo porque algunos de los países como Guatemala y El Salvador tienen “problemas con gobiernos muy autoritarios y poco democráticos”, aunque fueron elegidos democráticamente.
En ese sentido, dice que la ausencia de la presidenta Xiomara Castro de Honduras en la cumbre termina de entenderse –auque no se esté de acuerdo- a partir del planteamiento y filiación de la mandataria de “querer una cumbre sin excepciones”.
En el caso de El Salvador y Guatemala la Casa Blanca les giró la invitación porque entre todos son gobiernos que fueron elegidos democráticamente “pero hay fuertes críticas de parte de Estados Unidos en su contra y por esa creo razón que los presidentes de Guatemala (Alejandro Giammattei ) y de El Salvador (Nayib Bukele) decidió no ir, y crea un problema de simbolismo”, dice Olson a la VOA.
Centroamérica es parte del problema
En su editorial de este martes, el periodico El Heraldo de Honduras plantea que el norte de Centroamérica figura fuera de la cumbre a pesar de atravesar internamente por varios de los temas medulares a discutirse en el encuentro de mandatarios del continente que inicia este miércoles organizado por Estados Unidos.
“Los temas en agenda no son ajenos a los países de la región, especialmente a los del Triángulo Norte que integran Guatemala, El Salvador y Honduras, principales expulsores de migrantes por sus condiciones de pobreza, violencia, altos índices de corrupción e impunidad, entre otros”, opinó el medio hondureño.
El editorial reconoce que es contradictorio que los mandatarios del Triángulo Norte determinaron no asistir a la cita a pesar de requerir apoyo foráneo para hacer frente a los temas sociales, la migración irregular “el fortalecimiento de las economías, la lucha contra la corrupción y la pobreza ”.
Para Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre, que agrupa a hondureños en todos los Estados Unidos, comenta a la VOA que la ausencia de los mandatarios de la subregión deja ver que “no quieren asumir responsabilidades en temas tan importantes como democracia, institucionalidad y migración”, problemas puntuales de los países.
Flores exponen que los gobiernos han descubierto que mientras sigan fluyendo las remesas que envían los inmigrantes centroamericanos desde Estados Unidos, la situación puede seguir tal cual, incluso deja entender que a su criterio esto beneficia a los gobiernos.
“Es lamentable”, dice Flores. “Esta cumbre su hubiera aprovechado la coyuntura para buscar soluciones a este flagelo migratorio”, agrega, estimando que la ausencia de la presidenta hondureña no abona a los esfuezos que hacen hondureños por encontrar soluciones a sus problemas migratorios en Estados Unidos.
En cuanto la llegada de remesas, datos consolidados de 2021 estiman que Guatemala superó con creces la recepción de remesas el año pasado al acumular 15.295 millones de dólares; Honduras siguió la misma tendencia al alza al llegar a 7.370 millones, y El Salvador también creció el volumen de ingresos enviados por sus migrantes en Estados Unidos a 7.521 millones de dólares.
Los gobiernos de Honduras y El Salvador no detallaron las razones por las que no asistiría a la cumbre, Guatemala lo hizo semanas atrás cuando el presidente Giammattei dijo que “había pedido no ser invitado”.
La administración Biden ha reconocido que mantuvo comunicación constante con los presidentes de los países a través de sus funcionarios del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental para atraerlos a la cita en Los Ángeles. A excepción de los que habían sido excluidos.
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