Que el presidente del vecino recuperación inmediata del sur y socio estratégico de Estados Unidos en temas claves como la económica y la migración no asista a la Cumbre de las Américas vaticina, según expertos, tropiezos para el encuentro organizado por el presidente Joe Biden.
Este lunes el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cerró su ya anticipado anuncio de que no estaría en la cumbre por no estar en las sillas Daniel Ortega, de Nicaragua; Nicolás Maduro, de Venezuela; y Miguel Díaz-Canel, de Cuba.
En su cruzada, el presidente mexicano también impulsó un boicot al que se han sumado otros mandatarios de la región, como la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, y el boliviano, Luis Arce; además del guatemalteco Alejandro Giammattei que pidió no ser invitado y hasta agradeció que su país “no comparta fronteras” con Estados Unidos.
Las agencias Prensa Asociada ha consignado que tampoco estaría presente en la cita el presidente salvadoreño Nayib Bukele, pero la Casa Presidencial del país centroamericano no ha rechazado ni aceptado en público la invitación que habría girado la Casa Blanca.
Bajo estas premisas, las sillas vacías en la cumbre con el presidente Joe Biden como anfitrión dejarían en el mapa continental el vacío de gran parte del norte y casi la totalidad de Centroamérica al circunscribir la representación de esta subregión a Costa Rica y Panamá.
¿Recibiría la Casa Blanca con brazos abiertos la autoinvitación de López Obrador a Washington DC?
Al repetir las razones por la que no estará en la cumbre, en la que le representará su canciller, Marcelo Ebrard, el presidente mexicano adelantó que irá a visitar al presidente Biden en julio a Washington DC para hablarle de sus propias iniciativas.
“Le mandé a decir al presidente Biden que lo voy a visitar en julio a la Casa Blanca y quiero tratar con él el tema de la integración de toda América, porque mi planteamiento es que así como se integró la Comunidad Europea, así quiero hacerlo en América, pero significa hacer un cambio en la política, dejar el odio, la amenaza, los bloqueos, el injerencismo”, dijo.
No obstante, las ideas del presidente de México, de emular una comunidad como la europea distan de las realidades y los requisitos impuestos por la integración de naciones del viejo continente, donde los valores democráticos son fundamentales, además del respeto estricto a la institucionalidad; mismos que trata de promover Estados Unidos en el hemisferio occidental.
Los estados de la Unión Europea fundados para solicitar la adhesión en esa comunidad “un país debe respetar los valores democráticos de la UE. También necesita instituciones estables que garanticen la democracia y el Estado de derecho; una economía de mercado que funciona; y la capacidad de asumir y cumplir las obligaciones de pertenencia de la misma”.
En la víspera del rechazo de López Obrador, a la cumbre de Biden, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, trató de quitar hierro al asunto y dijo que la relación entre las dos naciones no va cambiar, a pesar del último desplante de López Obrador.
El embajador Salazar recalcó que existe una variedad de temas donde los mandatarios Biden y López Obrador trabajan con muy buena sintonía.
“Lo que no va a cambiar es la relación entre los Estados Unidos y México, siempre va a ser una buena relación, porque no hay otra cosa, somos vecinos ¿no?, y los vecinos de la misma manera que estamos hablando hoy vamos a trabajar juntos en beneficio del pueblo de Estados Unidos, el pueblo de México y el pueblo de las américas”, subrayó el diplomático, citado por el rotativo El Excélsior.
La Casa Blanca reafirmó su postura ante el anuncio del mandatario mexicano y grabó, según la portavoz, Karine Jean Pierre, que la cita en Los Ángeles, no incluye a “los dictadores”. “La posición importante del presidente Joe Biden es que creemos que los dictadores no deben ser invitados”, dijo la portavoz.
¿Qué implica los señalamientos del presidente de México al bipartidismo estadounidense?
A manera de mostrar sintonía con el presidente Biden, López Obrador quiso dejar ver que sus condiciones de incluir en la lista a los que EEUU considera “dictadores” no se cumplieron por presiones desde figuras de los partidos Demócrata y Republicano, que “tienen mucha influencia, pero que desde mi punto de vista actúan con odio”.
Y apunto hacia funcionarios electos que defienden el Estado de derecho en la región y algunos que bregan con la política exterior de Estados Unidos como el senador federal Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
“Los más inhumanos, antimigrantes, autoritarios, son los del Partido Republicano, pero también hay en el Demócrata. Uno es presidente de la Comisión de Política Exterior, y es de la comunidad cubana, y ése tiene una enorme influencia, pero si seguimos así dependiendo de la decisión de un señor, de los rencores de un señor y olvidamos a nuestros pueblos, pues entonces estamos actuando de manera sectaria”, ahondó López Obrador.
El jefe del Comité de Exteriores del Senado, Robert Menéndez, ya mostró con anticipación sus valoraciones sobre el boicot a la cumbre iniciada por López Obrador y dijo que México “tiene el derecho a unirse a dictadores”, pero que debe asumir las consecuencias.
Este lunes Menéndez reafirmó su postura y lamentó que el Ejecutivo del país vecino socavó la oportunidad que ofrece la Cumbre de las Américas para reforzar las democracias en el hemisferio occidental y que se pueden forjar agendas que promuevan la prosperidad compartida.
“Me uno a la creciente ola de voces cada vez más preocupada por las decisiones del Presidente López Obrador de acogerse a dictadores y déspotas en lugar de representar los intereses del pueblo mexicano en una cumbre entre aliados hemisféricos”, acentuó Menéndez en un comunicado.
Lamentó además que México ponga trabas a los esfuerzos de Washington por restaurar la relación bilateral “después de años de abandono absoluto y hostilidad hacia la alianza entre México y Estados Unidos por parte de Donald Trump”, y que la ausencia del mandatario mexicano a la cumbre “es un paso atrás en esos esfuerzos”.
¿Valen los calificativos para el continente americano de «disfuncional, ideologizado y resentido»?
En analista mexicano Leonardo Curzio, en un artículo de opinión publicado este lunes en el Universal deja ver las raíces del problema y cómo un boicot impulsado por López Obrador termina influyendo en todo el andamiaje de la cumbre.
“El continente es disfuncional, desigual, violento, ideologizado y resentido La Cumbre de las Américas deja al descubierto tres elementos fundamentales: 1) la estatura de los liderazgos de la región, 2) el ensimismamiento de nuestros países en sus dinámicas internas y 3) la disfuncionalidad del sistema interamericano”, opinó Curzio.
Este analista, no obstante, no excluye de responsabilidades a la primera potencia mundial que organizó este evento en Los Ángeles, porque su presencia “hegemónica oscila entre esporádicos afanes de inclusión y un desinterés completo”.
Curzio observa cómo el continente americano es la región del mundo incapaz de “articular esfuerzos hemisféricos” y plantea que “pocas regiones en el mundo han sido tan ineficaces para estructurar soluciones, para atender problemas comunes”.
El analista Manuel Orozco, experto en migraciones y remesas del centro de análisis Diálogo Interamericano en Washington DC, explicó a la Voz de América que la política de López Obrador juega a dos bandas, por un lado, desde su trinchera donde “como un populista” le deja réditos en sus seguidores “el reírse del presidente Joe Biden”.
Y por el otro lado -para este experto-, hay otro gobierno de México que hace un “retro” hacia la vieja política exterior del Partido Revolucionario Institucional, (PRI), de hablar mucho de “solidaridad, pero sin asumir compromisos sustanciosos”, en ambas líneas para este experto ha jugado estas semanas López Obrador hasta cerrar este lunes su rechazo de participar al cónclave de mandatarios democráticos en Los Ángeles.
¿Cómo ha calado en Honduras la decisión de la presidenta Castro de unirse al coro del mandatario mexicano?
La decisión de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, de enviar a la Cumbre de las Américas una representación de funcionarios de cancillería para representarla en Los Ángeles ha recibido fuertes críticas dentro y fuera de su país.
Castro de Zelaya hizo coro al mandatario mexicano pues sólo asistiría si estaban invitados “los países de América sin excepción”, tal llevó a la principal fuerza política del país en el Congreso, el Partido Nacional, a emitir un pronunciamiento donde calificar de “delegación de tercera categoría” la enviada a la invitación del principal socio estratégico y comercial de Honduras.
El gesto de Castro -que comulga con las líneas de la izquierda latinoamericana- y dice solidarizarse con sus pares de Nicaragua, Venezuela y Cuba, -según el Partido Nacional en un comunicado- es una clara señal de “darle la espalda a la democracia” en el país centroamericano.
“Lamentamos que el actual régimen izquierdista de Honduras no tenga tres dedos de frente, al no sopesar quienes son nuestros amigos y socios comerciales fundamentales (…) Deploramos que el gobierno de Libre decidiera que la presidenta Xiomara Castro no asistiera a la cumbre, solidarizándose con las dictaduras de izquierda de Cuba, Venezuela y otras”, dijo el partido conservador.
Desde la sociedad civil hondureña también surgieron llamados que fueron desoídos, al recordar a la mandataria que no debía guiar al país por sus sentimientos personales, sino los intereses de estado.
El analista en derecho internacional Greco Pérez, le dijo a El Heraldo que la presidenta debería asistir a la cumbre, por el beneficio del país “que piense en función del interés nacional y no en relaciones ideológicas o personales”, grabó el académico.
El excanciller de Honduras, Carlos López, calificó de “imprudente” la no participación en la cumbre. “Es una suerte que hayan invitado a Honduras, y no estoy seguro de que sea lo más prudente hacer un deseo, pero, en fin, eso es una cuestión de alta política que se define en la Casa de Gobierno”, dijo el exjefe de exteriores hondureños.
La Fundación 15 de Septiembre que aglutina comités de hondureños en Estados Unidos también se sumó a las críticas ya través de un comunicado de su presidente Juan Flores dijo que el no asistir limita los esfuerzos que como hondureños inmigrantes –que envían remesas al país- hacen para buscar beneficios como el Estatus de Protección Temporal (TPS), entre otras.
“Con estas acciones señora presidenta, con el respeto que nos merece, estaría dejando de lado a la población que usted representa y por la que fue elegida, esta decisión de no asistir a la cumbre deja expuesta a la diáspora hondureña que residimos en Estados Unidos ”, puntualizó la organización.
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