CÓMO DEJAR QUE TUS HIJOS SE EXPRESEN A TRAVÉS DEL GRAFFITI
Por estas razones, la psicóloga consultora y consejera Dra. Shweta Sharma, del Hospital Columbia Asia, aconseja a los padres y maestros que alienten a los niños a pintar en las paredes y los pisos. Aquí hay formas prácticas de hacerlo.
Primero, establezca límites. No dibujar en la cocina por razones de seguridad y, por supuesto, no dibujar en las paredes exteriores de la casa. También puede designar ciertas paredes para dibujar: la habitación de los niños es un buen lugar para comenzar porque pasan la mayor parte del tiempo en ella y están apegados al entorno.
Si no puedes soportar la idea de las paredes desordenadas, puedes pegarles papel mahjong. Si te comprometes, podrías aplicar una capa de pintura de esmalte en la pared, para que las marcas y la tinta se borren con solvente. La pintura de pizarra es otra opción de bricolaje para convertir las paredes en pizarras en blanco para dibujos con tiza.
En segundo lugar, absténgase de instruir a los niños sobre qué y cómo dibujar, y de hacer comentarios negativos sobre sus dibujos. Tenemos que apreciar su imaginación: La forma en que un niño ve una luna o una sandía puede ser diferente a la realidad.
En su lugar, pregunte a sus hijos acerca de su arte. Mantenga su conversación abierta para que tengan la oportunidad de explicar lo que han dibujado y por qué lo han dibujado de esa manera.
Podríamos hacer preguntas de sondeo como, “Cuéntame sobre lo que dibujaste. ¿Quiénes son estas personas y qué están haciendo ahora? Él le dará pistas sobre sus pensamientos y la forma en que interpreta el mundo que lo rodea.
Las pinturas hechas por su hijo también pueden contener pistas sobre su bienestar mental. Si encuentra a su hijo dibujando caras tristes o cualquier figura inquietante, inspecciónelos de cerca. En muchos casos, los niños no pueden contarnos sobre el abuso o cualquier incidente desagradable que los inquiete.
Una vez, tuve que recuperar el privilegio de los dispositivos de mis hijos y mi segundo hijo me dejó un mensaje en la pared.
Al sentir que algo no estaba bien, inicié una conversación y me di cuenta de que mi manejo de la situación podría manejarse mejor que simplemente arrebatarle el dispositivo. Hoy, tenemos una relación muy cercana y amorosa entre mis tres hijos y yo.