BOSTON, Massachusetts: Ahora se olvida fácilmente, pero hace poco más de cinco años, Corea del Norte y China no se llevaban bien.
Beijing se mantuvo firme en la implementación de las sanciones de las Naciones Unidas como castigo por las pruebas nucleares y de misiles de Pyongyang. China aumentó sus instalaciones militares, reforzó sus capacidades de defensa y construyó campos de refugiados a lo largo de la frontera entre China y Corea del Norte para prepararse para cualquier contingencia coreana.
China incluso discutió la posibilidad de un colapso del régimen de Corea del Norte con Estados Unidos, tal vez anticipando que tal presión económica y militar conjunta de Estados Unidos y China podría contribuir a la decisión de Corea del Norte de reducir las tensiones para romper con el aislamiento total.
LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO
Cómo cambian los tiempos. Corea del Norte y China acaban de celebrar el 62º aniversario del Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua de 1961, tras haber renovado el acuerdo entre China y Corea del Norte por otros 20 años en julio de 2021.
Desde que Corea del Norte arregló las relaciones con China a principios de 2018, ha sido habitual que los dos países enfaticen su amistad «inmortal e invencible» y su relación «inquebrantable». En contraste con las relaciones ahora hostiles con Estados Unidos y Corea del Sur, y los intentos fallidos de levantar las sanciones, la ofensiva de encanto de Corea del Norte con China ha sido un éxito rotundo.
El intenso enfoque en las cumbres Estados Unidos-Corea del Norte y Corea del Norte-Corea del Sur, cuando ocurren, pinta una imagen distorsionada de la diplomacia de Corea del Norte. En estos esfuerzos, el objetivo más importante de Pyongyang siempre ha sido Beijing.