Desde la partición del subcontinente en 1947, India y Pakistán han librado tres guerras por Cachemira, y la región continúa siendo una fuente de tensión.
Volviendo a los días de la Unión Soviética, India ha confiado en el veto de Rusia en la ONU para protegerse de cualquier declaración adversa sobre Cachemira. Por ejemplo, durante la crisis de Pakistán Oriental de 1971, que condujo a la creación de Bangladesh, los soviéticos protegieron a India de la censura en la ONU, vetando una resolución que exigía la retirada de las tropas de la región en disputa.
En total, los soviéticos y Rusia han usado su poder de veto seis veces para proteger a India. India no ha tenido que depender de Rusia para un veto desde el final de la Guerra Fría. Pero con la tensión sobre Cachemira aún alta en medio de combates esporádicos, Nueva Delhi querrá asegurarse de que Moscú esté de su lado en caso de que vuelva a presentarse ante el Consejo de Seguridad.
En gran parte, la estrecha relación de la India con Rusia se deriva de las lealtades de la Guerra Fría. India entró en la órbita soviética principalmente como oposición a la alianza estratégica de Estados Unidos con Pakistán, el adversario subcontinental de India.
India también tiene la esperanza de contar con el apoyo de Rusia, o al menos con la neutralidad, en su larga disputa fronteriza con la República Popular China.
India y China comparten una frontera de más de 2000 millas (cerca de 3500 km), cuya ubicación ha sido disputada durante 80 años, incluso durante una guerra en 1962 que no logró resolver el asunto.
Sobre todo, India no quiere que Rusia se ponga del lado de China en caso de que haya más enfrentamientos en el Himalaya, especialmente porque la disputa fronteriza ha vuelto a surgir desde 2020, con importantes escaramuzas entre el Ejército indio y el Ejército Popular de Liberación de China.