Eurasia Group enumeró la continuación de la política de cero COVID de China como uno de los principales riesgos económicos globales en 2022. “Restricciones de envío, brotes de COVID-19 y escasez de personal, materias primas y equipos, todo más agudo debido a la política de cero COVID de China – hará que los bienes estén menos disponibles”, escribió en enero.
Las autoridades chinas son muy conscientes de los riesgos si no se atienden las demandas de la gente. Las protestas masivas, como en Bélgica, los Países Bajos o los Estados Unidos, son muy poco probables en Shanghái u otras provincias. Muchos ciudadanos chinos aún respaldan cero-COVID y ven el bajo número de casos como una fuente de orgullo nacional.
Si el confinamiento se prolonga, los enormes inconvenientes y dificultades impuestos a la vida y los medios de subsistencia de las personas pueden resultar contraproducentes y provocar un descontento generalizado. Por lo tanto, la lógica de China es contener la pandemia lo más rápido posible, sin importar cuán alto pueda ser el costo a corto plazo.
CERO-COVID, ¿MISIÓN IMPOSIBLE?
Puede que no sea realista eliminar por completo la COVID-19 a pesar de los confinamientos y las pruebas repetidas, dada la alta transmisibilidad de Omicron y la gran cantidad de casos asintomáticos.
Hong Kong ha estado siguiendo la misma política dinámica de cero COVID que China continental, pero desde principios de 2022, el aumento de Omicron ha puesto en duda la implementación de la política de la ciudad.
El centro financiero asiático aún registró decenas de miles de casos nuevos diariamente en el pico de la ola, aunque ha disminuido a varios miles por día. Pero el objetivo de cero-COVID permanece fuera de la vista.
En otras partes de China, la provincia de Jilin fue bloqueada después del 14 de marzo, pero la provincia del noreste todavía reportó 1150 casos nuevos y 1032 casos asintomáticos el 29 de marzo.