El avance fue anunciado el 1 de enero por el primer presidente izquierdista de la nación sudamericana, Gustavo Petro, quien tuiteó que buscaba la «paz total», a la luz de la violencia continua, luego del histórico acuerdo de paz respaldado por la ONU con el liderazgo del grupo militante Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
Ese pacto puso fin a décadas de conflicto con las FARC, pero no incluyó a otras facciones disidentes, que no lograron desmovilizarse como resultado del acuerdo de paz.
El presidente Petro dijo que el acuerdo de cese al fuego bilateral, que incluye a los rebeldes del ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, el grupo AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada, tendrá una duración de seis meses, hasta fines de junio, con la posibilidad de ampliarlo “en función de los avances”.
Dijo que habría un “mecanismo de verificación nacional e internacional” para monitorear y garantizar el nuevo acuerdo de alto el fuego.
Construyendo confianza
“El Secretario General confía en que el cumplimiento de estos compromisos reducirá la violencia y el sufrimiento de las comunidades afectadas por el conflicto”, dijo el comunicado de Antonio Guterres“al mismo tiempo que ayuda a generar confianza en los diálogos en curso”.
El Secretario General también reafirmó “el apoyo de las Naciones Unidas a los esfuerzos de Colombia por lograr una paz plena y duradera”.
El presidente Petro, un ex combatiente rebelde que ha estado en la política democrática desde principios de la década de 1990, fue elegido para la presidencia en junio pasado y se comprometió a impulsar las negociaciones para hacer realidad el acuerdo de paz integral.
‘No hay mejor alternativa’
el jefe de la Misión de Verificación de la ONU en ColombiaCarlos Ruiz Massieu, dijo al Consejo de Seguridad en octubre que había muchas expectativas de que se pudieran lograr avances.
“Ciertamente confío en que Colombia pueda demostrarle al mundo, una vez más, que no hay mejor alternativa para poner fin a los conflictos que a través del diálogo”, dijo a los embajadores.
También saludó el compromiso del Gobierno de fortalecer el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, y su apoyo al mecanismo establecido para la investigación de personas desaparecidas.
A pesar de la desmovilización de los combatientes de las FARC y la entrada en la política democrática en 2017, los informes noticiosos sugieren que alrededor de 10.000 militantes de otros grupos armados han seguido enfrascados en disputas mortales, desestabilizando todo el país.
El ELN, al frente de la última insurgencia reconocida en el país, según informes, negocia con el Gobierno desde noviembre. Anunció un alto el fuego unilateral a corto plazo a mediados de diciembre.
En un tuit del domingo, Massieu acogió con beneplácito el anuncio del presidente Petro y dijo que la ONU apoyaba “todos los esfuerzos” para reducir la violencia, que protegería a las comunidades vulnerables aún afectadas por el conflicto y ayudaría a construir una paz duradera.