Reuters
La línea dura de China COVID se come todo, desde Teslas hasta tacos
Cuando la planta de Tesla en Shanghai y otras fábricas de automóviles se cerraron en los últimos dos meses por medidas de emergencia para controlar el mayor brote de COVID-19 en China, la pregunta candente era qué tan rápido podrían reiniciar para satisfacer la creciente demanda. Pero con el cierre de Shanghái llegando a su cuarta semana y medidas similares impuestas en docenas de ciudades más pequeñas, el mercado de autos eléctricos más grande del mundo se ha ido a la quiebra. Otras compañías, desde fabricantes de artículos de lujo hasta restaurantes de comida rápida, también ofrecieron una primera lectura sobre la pérdida de ventas y la desconfianza en las últimas semanas, incluso cuando Beijing implementa medidas para ayudar a las industrias afectadas por COVID y estimular la demanda.