A lo largo de los años, los científicos han involucrado a las comunidades en sus proyectos de investigación. Sin embargo, las metodologías de ciencia ciudadana se han vuelto comunes en las últimas décadas. De hecho, varios artículos científicos describen estas experiencias. “Con la necesidad de conjuntos de datos integrales que cubran amplias escalas espaciales y temporales, los científicos ciudadanos se han convertido en un activo ventajoso para ayudar a acelerar la recopilación de datos y diversificar los conjuntos de datos para los investigadores”, indicó un artículo científico publicado en Revista internacional de investigación ambiental y salud pública sobre el desempeño de la ciencia ciudadana en las escuelas.
Involucrar a las comunidades en los programas científicos es una herramienta útil no solo para los investigadores sino también para la sociedad como una forma de aumentar su alfabetización científica, ayudando en los descubrimientos o simplemente divirtiéndose. Además, este tipo de proyectos son muy adecuados para fines educativos.
Con el objetivo de identificar los factores de éxito en términos de calidad de los datos, limitaciones y participación de los estudiantes en estas iniciativas, investigadores de los Países Bajos y España, dirigidos por el Departamento de Virociencia del Centro Médico Erasmus de Róterdam en los Países Bajos, realizaron un seguimiento de la literatura científica sobre los ciudadanos La ciencia como programa académico.
Eligieron 23 artículos publicados antes de agosto de 2020 de un conjunto de datos de 4200 artículos. La mayoría de los proyectos se llevaron a cabo en escuelas secundarias, pero la muestra también incluyó niveles primarios y universitarios. Los programas de ciencia ciudadana se llevaron a cabo en Estados Unidos y Europa principalmente, Australia/Oceanía y América del Sur. Los proyectos generalmente se enfocan en ecología, ciencias ambientales, microbiología y geografía.
Los artículos analizados mostraron que los datos recopilados por los estudiantes eran generalmente de calidad moderada a alta, y la calidad a menudo era mayor en proyectos con protocolos explícitos. Por ejemplo, estudiantes de secundaria de los Estados Unidos recopilaron datos de alto nivel sobre especies establecidas de comunidades intermareales rocosas bénticas que fueron estadísticamente similares a los resultados de los expertos. En otro proyecto, los estudiantes recopilaron fotos de fuentes de agua para identificar problemas de accesibilidad al agua en las escuelas. Los autores afirmaron que el 98% de la información recopilada por los estudiantes era utilizable para objetivos científicos.
Este tipo de proyectos también tuvo un efecto positivo en la participación de los estudiantes. “La participación de los estudiantes es un indicador educativo clave, ya que es un claro reflejo del potencial de aprendizaje de la ciencia ciudadana. El uso de la ciencia ciudadana en los currículos escolares mejora el conocimiento y puede complementar los planes de lecciones de los maestros”, describieron investigadores del Departamento de Virociencia del Centro Médico Erasmus.
Un proyecto realizado por la Universidad de Oviedo en España, donde los estudiantes trabajaron en Genómica y Genética con productos del mar, ilustró este compromiso. “Los estudiantes estaban más motivados y evaluaban mejor los cursos cuando trabajaban con muestras reales de sus mercados locales”, destacaron los investigadores responsables. De manera similar, un proyecto de ciencia ciudadana de microbiología de Hawái y Colorado afirmó que “la experiencia aumentó su confianza en el trabajo escolar externo, aprendiendo técnicas microbianas, adquiriendo conocimientos sobre microbios que afectan la salud pública y mejoró el pensamiento crítico”.
La investigación también encontró que, a veces, los programas de ciencia ciudadana tenían problemas con la identificación e interpretación erróneas de los datos. Aconsejan el uso de protocolos y capacitación aplicables como cruciales para recopilar datos de nivel experto. Asimismo, recomendaron un programa de investigación de diseño bien construido con objetivos claros y una contribución directa a la ciencia.
Buenas razones para participar
La ciencia ciudadana es una excelente manera de difundir la ciencia y ayudar a las personas a comprender la importancia de la investigación científica. “Dado que muchos proyectos científicos son financiados por el público que paga impuestos, la gente merece saber dónde se invierte su dinero”, argumentaron los investigadores como parte de su revisión. Además, este tipo de proyectos pueden ser una herramienta contra la desinformación.
Además, a través de estos programas, es posible obtener una gran cantidad de datos de diversos momentos y lugares para crear un conjunto de datos que de otro modo sería difícil de muestrear con los métodos de investigación tradicionales.
Para los estudiantes, ser parte de iniciativas de investigación interactiva marca la diferencia en la mejora de su rendimiento en el aula, logrando una mejor comprensión de temas específicos y aumentando la conciencia de los problemas en sus áreas locales. “La vinculación de los estudiantes y el público con la esfera científica a través de la participación activa de la comunidad crea una relación simbiótica para resolver los problemas de salud de la comunidad y genera empoderamiento público”, especificaron los científicos de España y los Países Bajos.
Ciencia ciudadana para la vigilancia de enfermedades infecciosas
Aunque ninguno de los 23 proyectos estudiados se enfoca en la vigilancia de enfermedades infecciosas, los investigadores argumentan que la ciencia ciudadana es una oportunidad para la vigilancia de la salud pública. “La gran mezcla social y las interacciones sociales entre estudiantes en las escuelas es un modo primario conocido de transmisión de enfermedades, lo que ilustra el gran potencial en la implementación de proyectos escolares de ciencia ciudadana destinados a la vigilancia de enfermedades infecciosas en entornos escolares”.
El artículo afirma que el Covid-19 ha demostrado la necesidad de aplicar diferentes estrategias en la detección temprana de enfermedades infecciosas. Algunos científicos han empleado la ciencia ciudadana para la investigación del coronavirus, lo que demuestra la importancia y el impacto de la recopilación de datos de los ciudadanos. Por ejemplo, un estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de San Diego creó kits de prueba para que los científicos ciudadanos tomen muestras ambientales de coronavirus en espacios públicos. Después de eso, los investigadores pudieron modelar y predecir la propagación de Covid-19 en el medio ambiente. Otro proyecto del Reino Unido utilizó datos de la aplicación para dispositivos móviles (APP) “Covid Symptom Study” para descubrir que la pérdida del olfato era un predictor de pruebas positivas de Covid y para determinar los puntos críticos de Covid-19. “La incorporación de este tipo de plataformas de ciencia ciudadana en los planes de estudios escolares podría ser una iniciativa para promover la vigilancia indirecta de enfermedades infecciosas y crear conciencia entre los académicos”, sugirió el documento.
Los investigadores concluyeron que los datos recopilados por los estudiantes, la vigilancia de enfermedades dirigida por el gobierno y otras bases de datos de salud podrían ayudar a prevenir futuras epidemias al traducir la participación pública en salud pública.
Referencias
Abourashed, A.; Doornekamp, L.; Escartín, S.; Koenraadt, CJM; Schrama, M.; Wagener, M.; Bartumeus, F.; van Gorp, ECM El papel potencial de los programas escolares de ciencia ciudadana en la vigilancia de enfermedades infecciosas: una revisión crítica. En t. J. Medio Ambiente. Res. Salud Pública 2021, 18, 7019. DOI: https://doi.org/10.3390/ijerph18137019
https://www.wur.nl/nl/Publicatie-details.htm?publicationId=publication-way-353834353239
(Consultado el 16 de diciembre de 2021)
Ilustración de Dana Dumea.