Los ambientalistas en China dijeron que la decisión podría socavar aún más la relación climática más amplia entre Beijing y Washington, que ha desempeñado un papel crucial en la obtención de acuerdos globales para frenar los gases de efecto invernadero que calientan el clima.
«El fallo tiene profundas implicaciones y debilitará significativamente las condiciones para futuras conversaciones climáticas entre Estados Unidos y China», dijo Li Shuo, asesor principal de Greenpeace.
La «recaída» de Estados Unidos también podría hacer que sea más improbable que China tome más medidas para frenar su consumo de carbón, que alcanzó un récord en 2021, agregó Li.
“La parte china cree que no habrá ningún quid pro quo sobre el clima entre ellos y Estados Unidos”, dijo.
El presidente Xi Jinping prometió el año pasado que China comenzaría a reducir el consumo de carbón en 2026, y los grupos de expertos estatales esperaban que la capacidad de generación de energía a carbón aumentara en otros 150 gigavatios durante el período 2021-2025.
En medio de las preocupaciones sobre el crecimiento económico y la seguridad energética, los altos funcionarios han seguido insistiendo en la necesidad de gestionar con cuidado la transición energética con bajas emisiones de carbono.
El viceprimer ministro Han Zheng describió esta semana al carbón como un «lastre» para la economía y agregó que China «necesita mantener el resultado final de seguridad energética basado en las condiciones nacionales básicas de predominio del carbón».