En su primer discurso de política exterior el lunes, Albanese dijo que la relación con Beijing «seguiría siendo difícil», informaron los medios australianos.
«Es China la que ha cambiado, no Australia, y Australia siempre debe defender nuestros valores», dijo el líder del Partido Laborista de centroizquierda de 59 años.
Australia ha expresado su preocupación por la creciente influencia de Beijing en la región del Pacífico, incluido un reciente pacto de seguridad entre China y las Islas Salomón.
Un borrador filtrado del acuerdo que no se ha hecho público incluye una sección que permitiría despliegues navales chinos en las Islas Salomón, a menos de 2.000 km de Australia.
China se irritó cuando Canberra se unió el año pasado a un programa muy disputado para equipar a su marina con submarinos de propulsión nuclear en una nueva alianza de defensa con Gran Bretaña y Estados Unidos.
La alianza, AUKUS, tiene como objetivo hacer frente a las tensiones estratégicas en el Pacífico, donde crece la rivalidad entre China y Estados Unidos.
Una serie de otros problemas, incluida la decisión de Canberra el año pasado de desechar un importante proyecto de infraestructura en el estado de Victoria, bajo la iniciativa insignia de la Franja y la Ruta del presidente chino Xi Jinping, han agriado las relaciones.
Las dos partes también están atrapadas en una disputa en curso sobre el espionaje, y Beijing acusa a Australia de allanar las casas de los periodistas chinos.
Mientras tanto, China acusó al escritor australiano nacido en China, Yang Hengjun, de espionaje y arrestó a Cheng Lei, un presentador de televisión australiano que trabaja para la emisora estatal CGTN, por «suministrar secretos de estado en el extranjero».