Chile abre un caso contra Bolivia en el tribunal supremo de la ONU el viernes por un río sobre el que ambos países reclaman derechos, en lo más reciente en la disputa marítima entre los vecinos sudamericanos.
Chile quiere que la Corte Internacional de Justicia (CIP) declare al río Silala, que fluye desde Bolivia, «curso de agua internacional» y le otorgue los mismos derechos sobre sus aguas.
El gobierno chileno afirma que se le han negado esos derechos de agua desde 1999.
En 2016 arrastró a La Paz ante la CIJ con sede en La Haya, establecida después de la Segunda Guerra Mundial para fallar en disputas entre países.
En un juego legal, Bolivia contrademandó a Chile, solicitando a la CIJ que dictaminara que tenía «soberanía… sobre el flujo artificial de las aguas del Silala diseñado, mejorado o producido en su territorio», y exigió que Chile pagara compensación.
El expresidente boliviano Evo Morales también exploró anteriormente de usar la disputa por el río como moneda de cambio en la lucha más grande de Bolivia para obtener acceso al Océano Pacífico, que perdió ante Chile en una guerra en el siglo XIX.
Pero la CIJ en 2018 rechazó la oferta de Bolivia para ingresar al mar, diciendo que Chile «no tenía ningún caso que respondiera» ya que «no estaba legalmente obligado a negociar tal movimiento».
En ese momento, Morales amenazó con reducir el flujo del Silala hacia el seco desierto de Atacama en Chile e impuso tarifas por su uso.
Las conexiones entre los vecinos permanecieron desgastadas.
Chile y Bolivia no han tenido relaciones diplomáticas desde 1978 cuando el último intento de Bolivia de negociar un pasaje al Pacífico fracasó en acritud.
Las nuevas audiencias, que comenzarán el viernes en la sede de la CIJ en el Palacio de la Paz en La Haya, continuarán hasta la próxima semana.
Un juicio final podría llevar años.
Una vez dictadas, las sentencias de la CIJ son vinculantes y no se pueden apelar.
El experto internacional Gilberto Aranda dijo que creía que había «razones legales bien fundadas» que hacen que el argumento de Chile sea «más sólido».
«Entre otras cosas, Bolivia ha cambiado su argumento con el tiempo, siendo la posición de Chile históricamente más coherente», dijo a la AFP Aranda, académico de la Universidad de Chile.
Señaló que el caso actual, a diferencia de la lucha por el acceso al Océano Pacífico, que vio un intenso cabildeo y campañas mediáticas por parte de ambos lados, se estaba librando menos a la vista del público.
“Esto se está llevando a cabo mucho más por los canales legales internacionales esperados”, dijo Aranda.
Chile en el 2000 negociaría formalmente el uso de las aguas del Silala y estaba dispuesto a pagar por ello, pero esas discusiones se estancaron cuando Bolivia subió el precio.
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