Los Dallas Cowboys no son ajenos a los juegos amistosos con los equipos con sede en California durante su estadía en Oxnard durante el campamento de entrenamiento. El año pasado fue con Los Angeles Rams; ejercicios que resultaron en un altercado o dos, encabezados por el recientemente fallecido Connor Williams rematando con el silbato contra el formidable Aaron Donald.
Este año, sin embargo, hay dos giros en el viejo cuento: sucederá dos veces. Primero contra los Denver Broncos el 11 de agosto y luego otra vez cuando dejen sus terrenos habituales y se dirijan a Costa Mesa para enfrentarse a Los Angeles Chargers a mediados de agosto.
Los Broncos traerán una cara amigable con ellos en el oeste en la forma de Randy Gregory, quien pasó cinco temporadas (de siete posibles) vistiendo el azul y plata. El cambio de opinión del agente libre de 2022 dejó a la base de fanáticos y a la oficina principal con incredulidad cuando él y su agente se mudaron a Denver.
Los Chargers y los Cowboys se enfrentarán tres de cuatro días solo una semana después. Habrá dos sesiones de práctica seguidas de su competencia de pretemporada el 20 de agosto en el SoFi Stadium. Si el comportamiento del año pasado en solo un día de práctica es una indicación, Dallas necesitará abrocharse la barbilla con fuerza para lo que está por venir.
El campo de entrenamiento genera resentimiento. Los jugadores se cansan de encontrarse con las mismas personas una y otra vez. Hace calor. Entonces, cuando aparece un enemigo diferente, es hora de que liberen su agresión contra un oponente que no merece mimos. Con los dos equipos enfrentándose en días consecutivos, podría ponerse feo.
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