Canelo Álvarez despierta más admiración en otros países que en el suyo. El desprecio que ha padecido en México es un fenómeno prácticamente insólito. Por lo regular, todos los países suelen sentirse orgullosos de sus atletas más laureados. No es el caso de Canelo, que recibe más valoración en otras latitudes que en su propio terruño. Solamente Lionel Messi ha vivido algo similar, durante la extensa época en que vivió en carne propia el resentimiento de muchos argentinospero su coronación en la Copa América del año pasado terminó con casi todas las críticas despiadadas de sus paisanos.
Pero para Álvarez ningún mérito ha sido suficiente si de convencer a los aficionados mexicanos se trata. Paradójicamente, sus logros son más apreciados en el extranjero. “No podemos culpar a Canelo por intentar cosas grandes. Subió de división, enfrentó un gran reto. No le salió pero sigue persiguiendo la grandeza”, expresó el estadunidense Jermell Charlo, campeón mundial superwelter para ESPN. Su postura es la misma que sostienen otros compatriotas suyos como Shakur Stevenson o Gervonta Davis, que recuerda reiteradamente su admiración por el mexicano. Y eso por no hablar de los mensajes de apoyo que recibió Canelo por parte de futbolistas como Marcelo o Dani Alves.
En México, en cambio, su derrota era esperada con ansías por un sector amplio de la prensa y de los aficionados. David Faitelson, uno de los más consumidos “anticanelistas”, cambió de opinión en una semana: había dicho que Álvarez dejaría un gran legado por buscar títulos en distintas categorías, pero luego, ya con el triunfo de Bivol registrado, cambió de parecer y no sólo acribilló a Canelo por subir de peso: también recordó que, para él, no se encuentra entre los mejores mexicanos de la historia.
Esa opinión la comparten Juan Manuel Márquez y su entrenador de siempre, Ignacio Beristain. “Nunca estará entre los mejores de México”, dijo Márquez en 2020, mientras Don Nacho confirmó que Canelo “no está en el corazón de los mexicanos”. Por otro lado, la leyenda panameña Roberto “Manos de Piedra” Durán ha dicho que Canelo es incluso superior a Julio César Chávez, una declaración atrevida, pero dicha por un ídolo sin compromiso de ningún tipo. Eso nunca se le escuchó a ningún boxeador mexicano retirado.
Chávez ya es leyenda, Canelo ya conquistó cuatro títulos, ya es otra leyenda, que México no lo quiera aceptar eso es otra cosa. ¿Cuántos títulos tuvo Chávez? Tres. Y Canelo ya tiene cuatro, es todavía más grande”, expresó Durán a ES News el año pasado.
Es verdad que durante el comienzo de su carrera Canelo recibió un empujón mediático que saturó a millones de televidentes, pero la protección solamente tuvo utilidad al principio. Cuando Canelo debutó en Las Vegas, hace doce años, el nivel de sus rivales se incrementó gradualmente. Sí, se puede decir que fue hijo de Televisa, pero lo fue hace más de diez años y, de hecho, el vínculo comercial entre ambos terminó definitivamente en 2014 con enojos de por medio por parte del púgil.
Fue nombrado boxeador del año en 2019 y 2021 por la revista El anillo, que suele ponderar a peleadores estadounidenses, y también, en los mismos años, fue galardonado por la Asociación de Escritores de Boxeo. Pero aquí, en su propio, país, la prensa ocasional (que sólo opina de boxeo cuando pelea Canelo) dice que se enfrenta con puros bultos (si le ganan ya no lo son) y que boxeadores eran los de antes, ahora puro circo.
Por supuesto que Álvarez tiene aspectos dignos de crítica: las cláusulas de rehidratación que le impuso a algunos rivales, su poder fáctico en organizaciones como el CMB, y su negativa a protagonizar algunas peleas en tiempo y forma. Pero de eso a seguir creyendo que es “un inflado de Televisa” hay mucha diferencia.
Es difícil imaginar que Mike Tyson no se pierda ninguna pelea de Canelo por influencia de San Ángel o que Emilio Azcárraga Jean haya sido el referí de las tres peleas que coronaron al pelirrojo como campeón indiscutido de peso supermediano. Por algo el promotor británico Eddie Hearn lo quiere pelear a Inglaterra contra John Ryder, pues allá también cuenta con una sólida base de fanáticos.
Sin embargo, Canelo tendrá que lidiar para siempre con la ironía de ser menospreciado en su propia tierra y recibir aplausos en otras latitudes. A estas alturas, ya es inevitable.