El trabajo, que se llevó a cabo durante 15 años (2005-2019) a través de una colaboración entre científicos de la UPV/EHU y el Centre d’Ecologie Fonctionnelle et Évolutive de Montpellier (CEFE-CNRS), se centró en dos poblaciones de azul tetas en el sur de Francia, uno situado en las afueras de Montpellier y el otro en el noroeste de la isla de Córcega.
Cada año, entre 2005 y 2019, se capturaron todos los herrerillos reproductores de cada población. Como resultado, los investigadores de las dos instituciones pudieron recopilar más de 5.800 observaciones sobre la coloración y otras características de los herrerillos azules.
El herrerillo común se caracteriza por su llamativo colorido: cresta azul y pecho amarillo. Los resultados obtenidos en el estudio muestran una disminución en ambas poblaciones de coloración azul y amarilla entre 2005 y 2019. En otras palabras, las crestas azules y los pechos amarillos de los herrerillos azules en estas dos poblaciones son en promedio menos coloridos en este momento que cuando la investigación empezó.
“Nuestro trabajo apunta a que los cambios ambientales, y en concreto el cambio climático, podrían ser la razón principal por la que aves como el herrerillo común están experimentando un cambio en sus rasgos físicos, más concretamente en el brillo y la intensidad de su coloración”, apunta David López- Idiáquez, investigadora del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV/EHU.
“Se ha observado una tendencia negativa en cuanto a brillo e intensidad de la coloración del plumaje en ambos sexos y poblaciones, aunque en Córcega este cambio está más asociado al clima”, explica López. “El cambio en la coloración del plumaje parece ser el resultado de una combinación de un aumento de la temperatura (1,23ºC) y una caída de las precipitaciones (0,64 mm), por lo que el cambio climático sería la causa potencial de esta diferencia”, dijo.
Cambio en los patrones de apareamiento de las especies
Puede parecer un cambio puramente estético, pero es todo lo contrario, ya que este cambio en el plumaje puede tener un efecto en los «patrones de apareamiento» de la especie. “En estas aves, rasgos como la coloración funcionan como señales para indicar a otros individuos la calidad del ejemplar, que son determinantes, por ejemplo, a la hora de la cría”, explica David López.
“Este estudio fue posible gracias al monitoreo continuo de las dos poblaciones de herrerillos azules durante más de 15 años, lo que resalta la importancia de los estudios a largo plazo para comprender los efectos del cambio climático en los ecosistemas que nos rodean”, dijo.
Cuando hay una variación en el territorio, las poblaciones animales tienen 4 opciones: la primera es sufrir un cambio genético; el segundo es sufrir un cambio plástico (cambio en las características físicas sin cambios genéticos); el tercero es migrar; y el último, desaparecer. “Es importante recalcar que este cambio no es genético sino plástico, una de las formas de adaptación a las nuevas condiciones ambientales”, puntualizó.
Cambio en nuestro entorno
«Dado que nuestro entorno es bastante similar, aunque menos caluroso, nuestras aves pueden estar experimentando el mismo cambio», conjeturó David. “De todos modos, solo hay cuatro estudios de este tipo en el mundo, y ninguno de ellos se ha realizado en el País Vasco; creo que sería muy interesante realizar más investigaciones como esta no solo a nivel vasco. , sino también a nivel nacional», agregó.
David López-Idiáquez (Villajoyosa, 1988) es investigador postdoctoral en la Universidad del País Vasco y en el Centre d’Ecologie Fonctionnelle et Évolutive de Montpellier. Sus intereses de investigación se centran en comprender cómo la heterogeneidad de las condiciones ambientales altera la dinámica evolutiva, especialmente en los rasgos ornamentales. Tras licenciarse en la UPV/EHU, se doctoró en Ecología por la Universidad Autónoma de Madrid en colaboración con el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.