El nuevo líder militar de Burkina Faso, el teniente coronel Paul-Henri Damiba, dijo el jueves que el país de África Occidental volverá al orden constitucional cuando las condiciones sean las adecuadas.
Damiba habló por primera vez en la televisión nacional desde que encabezó un motín que derrocó al presidente Roch Marc Kabore el lunes.
“Cuando las condiciones sean las adecuadas, de acuerdo al plazo que nuestro pueblo definirá con toda soberanía, me comprometo a regresar a un orden constitucional normal”, dijo Damiba.
Vistiendo una boina roja, uniforme del ejército y flanqueado por banderas nacionales, Damiba dijo que convocaría a varios sectores de la sociedad de Burkina Faso para acordar una hoja de ruta para planificar y llevar a cabo las reformas necesarias.
La junta dijo el lunes después de tomar el poder que propondría un calendario para el retorno al orden constitucional “dentro de un plazo razonable”, pero no ha dado más detalles sobre sus planes.
Los oficiales, que se hacen llamar Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y la Restauración (MPSR), lanzaron un motín el domingo por la noche y sacaron a Kabore el lunes, culpándolo por no contener el empeoramiento de la violencia de los militantes islamistas.
Damiba prometió a los agricultores y pastores y a la gente de la nación del Sahel de África Occidental afectada por la violencia de los militantes vinculados a Al Qaeda y el Estado Islámico, y dijo que recuperaría el control de esas zonas.
Dijo que la seguridad sería prioridad.
El discurso de Damiba se produce antes de una cumbre de emergencia planificada de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) de 15 miembros el viernes para discutir cómo responder al golpe.
La CEDEAO impuso sanciones a Mali y Guinea, vecinos de Burkina Faso, luego de las tomas militares en agosto de 2020 y septiembre de 2021, respectivamente.
Este último golpe en África occidental y central se produce en medio de una insurgencia islamista cada vez más sangrienta que ha matado a miles y ha desplazado a millones en toda la región del Sahel, erosionando la fe en los líderes democráticos para combatir el problema.
Las juntas en Malí y Guinea, así como en la nación centroafricana de Chad, donde los militares tomaron el poder en abril de 2021, establecieron gobiernos de transición con una mezcla de oficiales militares y civiles.
Las juntas de Malí y Chad acordaron transiciones de 18 meses a elecciones democráticas, mientras que Guinea aún no ha establecido un cronograma.
Las autoridades malienses, sin embargo, se han retractado de su compromiso original y han propuesto retrasar las elecciones, originalmente programadas para el próximo mes, hasta cuatro años.