En medio de la inmensidad de sus campos de cultivo, Mery Mamani, la joven boliviana de origen aimara apasionada por el estudio de las lenguas nativas, se alista para la que será tal vez, su más grande aventura.
En unos tres meses partirá rumbo a Estados Unidos, para cursar una maestría en Lenguas Nativo Americanas y Lingüística en la Universidad de Arizona, una oportunidad que llegó gracias a Linguistics Summer School Bolivia, una institución que busca “promover la investigación lingüística y sus distintas ramas a favor de las lenguas bolivianas” y apoyó a Mery en su postulación.
Llegar a este punto no fue fácil, tuvo que pasar muchas pruebas y exigirse más, pero siempre prevalecía su pasión y el deseo de aprender todo sobre su lengua materna.
En este camino el apoyo de sus padres fue trascendental y el motor que guia sus pasos.
“Siempre me decían: ‘aprovecha las oportunidades que nosotros no tuvimos’. Yo tengo claro que debo ser la alegría de mis papás, no una preocupación, quiero que se sientan orgullosos de mí”, dice Mery desde su humilde vivienda en Villandrani, una comunidad de la ciudad de El Alto, en La Paz, Bolivia, adonde llegó la Voz de América.
Habla español, aimara e inglés, aunque está consciente de que debe mejorar este último para poder desarrollarse mejor en EE. UU. “Yo creo que tengo un nivel intermedio de inglés, pero no sé qué me dirán allá. Sigo clases pasando y quiero mejorar”, dice la entusiasta joven de 26 años.
Disfrutar la vida en el campo
Mientras llega el gran día, Mery disfruta su vida en el campo cuidando a sus animales, cocinando en su horno de barro y atendiendo sus cultivos de hortalizas. “No quisiera que nunca llegue la urbanidad aquí”, dice nostálgica, sabiendo que pronto tendrá que dejar todo por un año para cumplir otro sueño.
Habla con pasión sobre las palabras, su estructura, la esencia del lenguaje y la cultura de los pueblos.
“Tengo mucha expectativa por lo que pueda aprender allá sobre mi propia lengua, las técnicas, las herramientas y luego volver a Bolivia y estudiar otras lenguas que tal vez están olvidadas”, explica la joven aimara.
Mery es la primera de su familia en terminar la universidad y la primera en viajar al extranjero para obtener una maestría. Aunque tiene mucha ilusión, también le ronda el miedo y la incertidumbre. Así y todo, inevitablemente crece su sueño de volver a Bolivia y seguir trabajando en la revalorización de las lenguas nativas y la cultura en el país.
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