Con ollas, utensilios de cocina y pancartas, centenares de comerciantes y artesanos paralizaron el lunes el centro de La Paz, en Bolivia, para exigir que el presidente boliviano Luis Arce dé soluciones a la escasez de dólares que, aseguran los manifestantes, está ocasionando la subida de precios de la canasta familiar y de los insumos y mercadería que necesitan; caso contrario amenazaron con realizar una huelga con cortes de ruta desde septiembre, “Presidente Arce deja de mentir. Dónde están los dólares”, “No nos mates de hambre, Arce traidor”, se leía en las pancartas de los manifestantes, mientras marchaban por el centro de La Paz, la sede de Gobierno de la nación andina.
Otros comerciantes golpeaban sus ollas con utensilios de cocina, en medio de un creciente malestar social por la crisis económica que golpea a Bolivia, por el que varios sectores piden ser escuchados por el gobierno.
No es la primera vez que hay protestas en las calles para reclamar a Arce, pero si es la marcha con mayor influencia de manifestantes. La dirigente de los comerciantes, Mercedes Quisbert, explicó a The Associated Press que ya no solo la mercadería que compran para vender ha subido de precios sino también la canasta familiar.
“Es triste decir, pero nuestro boliviano ya no vale nada, nuestra moneda está por los pisos”, dijo Aguilar, en referencia a que el precio del dólar en el mercado paralelo ha subido a más del 50%.
Susana Aguilar de 60 años, comerciante de ropa hace durante más de la mitad de su vida, señala que viven en la incertidumbre. “Cada día que despertamos no sabemos que va a suceder, porque todo está subiendo”, dijo.
El país andino atraviesa por un fuerte deterioro económico que comenzó el año pasado con la falta de dólares en una economía en la que esa moneda es importante porque los sectores productivos, comerciantes y artesanos utilizan para importar sus insumos y mercadería. El gobierno también usa dólares para importar gasolina y diésel y venderlos a precio subvencionado.
Pero esta divisa comenzó a faltar tras la caída de las exportaciones de gas natural por un estancamiento en la producción y este año, a las dificultades con el dólar, se sumó la falta de combustible. Todo ha desembocado en un aumento constante en los precios de la canasta familiar.
“Nosotras también somos amas de casa y nos damos cuenta de que todo ha subido. Antes un kilo de carne costaba 44 bolivianos ahora está 55, hay pues una subida, pero el gobierno lo niega”, agregó, Aguilar.
Según datos del gobierno, de enero a julio de este año, Bolivia registró una inflación acumulada del 2,98%, pero para los comerciantes esa cifra no es real, pues consideran que el aumento de precios ha sido mayor a la cifra oficial.
El gobierno agobiado se ha reunido con todos los sectores y ha recibido propuestas para paliar la crisis que están siendo analizadas. Aunque la oposición considera que las reuniones entre el Ejecutivo y los distintos sectores de la sociedad no han resuelto nada y, al contrario, le han servido al gobierno para crear una ficción de que está resolviendo la crisis, cuando en realidad no lo está haciendo.
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