En diciembre, Japón sacudió su estrategia de defensa con la promesa de aumentar el gasto al dos por ciento del PIB para 2027, agregando capacidades más fuertes frente a una China en ascenso y una Corea del Norte impredecible y con armas nucleares.
“Japón y Estados Unidos se enfrentan actualmente al entorno de seguridad más desafiante y complejo de la historia reciente”, dijo Kishida a Biden.
La nueva postura de defensa japonesa «garantizará la paz y la prosperidad en la región», dijo.
«Japón decidió reforzar fundamentalmente nuestras capacidades de defensa, incluida la posesión de capacidades de contraataque», dijo.
Tras la reunión, ambos países reiteraron la importancia de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y advirtieron contra cualquier uso de armas nucleares por parte de Rusia en Ucrania.
Una declaración conjunta emitida por la Casa Blanca también citó «provocaciones» de Corea del Norte.
«Nos oponemos enérgicamente a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción, en cualquier parte del mundo», dijo el comunicado.