El Comité emitió su decisión pionera después de examinar una denuncia conjunta presentada por ocho ciudadanos australianos y seis de sus hijos, todos habitantes indígenas de Boigu, Poruma, Warraber y Masig, cuatro islas pequeñas y bajas en la región del Estrecho de Torres del país.
Los isleños afirmaron que se habían violado sus derechos porque Australia no se adaptó al cambio climático mediante la mejora de los diques en las islas y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otras medidas necesarias.
«Este decisión marca un avance significativo ya que el Comité ha creado un camino para que las personas presenten reclamos cuando los sistemas nacionales no han tomado las medidas apropiadas para proteger a los más vulnerables a los impactos negativos del cambio climático en el disfrute de sus derechos humanos”, miembro del Comité Hélène Tigroudja dijo.
Daños culturales
En su denuncia, los isleños afirmaron que los cambios en los patrones climáticos tenían consecuencias directas y dañinas en su sustento, cultura y forma de vida tradicional.
Indicaron al Comité que las graves inundaciones provocadas por la marejada de los últimos años han destruido tumbas familiares y han dejado restos humanos esparcidos por sus islas, argumentando que mantener los cementerios ancestrales y visitar y comunicarse con los familiares fallecidos es parte fundamental de sus culturas.
Además, las ceremonias más importantes, como las de mayoría de edad e iniciación, sólo tienen significado cultural si se realizan en las tierras de origen de la comunidad.
Degradación de la tierra
Los isleños argumentaron que los cambios en el clima han provocado fuertes lluvias y tormentas, degradando la tierra y los árboles.
Esto, a su vez, ha reducido la cantidad de alimentos disponibles de la pesca y la agricultura tradicionales.
Por ejemplo, en la isla de Masig, el aumento del nivel del mar ha causado que el agua salada se filtre en el suelo y que los cocoteros se enfermen, matando posteriormente la fruta, una parte importante de la dieta tradicional de los isleños.
fracaso del gobierno
Teniendo en cuenta la estrecha conexión espiritual de los isleños con las tierras tradicionales y la dependencia de su integridad cultural de la salud de los ecosistemas circundantes, el Comité concluyó que el hecho de que Australia no hubiera tomado medidas oportunas y adecuadas para proteger a los isleños del cambio climático había violado sus derechos a disfrutar su propia cultura y estar libres de injerencias arbitrarias en su vida privada, familia y hogar.
“Los Estados que no protegen a las personas bajo su jurisdicción de los efectos adversos del cambio climático pueden estar violando sus derechos humanos en virtud del derecho internacional”, afirmó la Sra. Tigroudja.
En la misma decisión, el Comité también indicó que a pesar de la serie de acciones de Australia, como nuevos malecones para las cuatro islas para el próximo año, se requerían medidas adicionales oportunas y apropiadas para evitar la posible pérdida de vidas.
Remedios
El Comité decidió que, en virtud del Pacto, se necesitan esfuerzos nacionales e internacionales sólidos para mitigar los efectos del cambio climático, que de lo contrario puede ser una violación del derecho a la vida.
Para remediar la situación, los miembros pidieron a Australia que indemnizar a los indígenas isleños por los daños sufridosparticipar en consultas significativas con sus comunidades para evaluar sus necesidades y tomar medidas para continuar asegurando la existencia segura de las comunidades en sus respectivas islas.