BENI-MBAU, RDC — Unos diez civiles murieron este fin de semana en los últimos ataques atribuidos a los rebeldes ADF afiliados al grupo Estado Islámico en el este de la República Democrática del Congo (RDC), lo que llevó a las autoridades locales a lanzar un llamamiento urgente de ayuda, dijeron fuentes a la AFP el domingo.
Las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), originalmente rebeldes ugandeses principalmente musulmanes, han establecido una presencia en el este de la República Democrática del Congo durante las últimas tres décadas, matando a miles de civiles. En las últimas semanas han intensificado sus ataques, saqueando pueblos y centros de salud.
«Nuestro pueblo está harto de enterrar a civiles cada día», dijo a la AFP Leon Kakule Siviwe, líder del distrito de Beni-Mbau, en el norte de la provincia de Kivu del Norte. «Hacemos un llamamiento sincero a las autoridades del país y les pedimos que nos ayuden a restablecer la paz en nuestra región».
Siviwe informó que tres personas murieron el viernes y cuatro el sábado, y unas 10 personas también desaparecieron. El líder de la sociedad civil local Georges Kivaya y el líder juvenil Esdras Mathe dijeron que al menos 10 personas murieron en varios ataques en la zona sólo el sábado y agregaron que «la búsqueda continúa» de las víctimas.
Desde finales de 2021, los ejércitos congoleño y ugandés llevan a cabo operaciones conjuntas contra las ADF en Kivu del Norte y la provincia vecina de Ituri, pero hasta ahora no han logrado detener los ataques mortales contra civiles.
«Cada ciudad debe tener al menos una posición militar para evitar retrasos en la intervención» de las fuerzas de seguridad, afirmó Kivaya. Mathe pidió «una intensificación de las operaciones» en la región por parte de los ejércitos de ambos países.
Las ADF prometieron lealtad en 2019 al grupo Estado Islámico, que los presenta como su rama centroafricana. Las ADF han sido acusadas de masacrar a civiles congoleños y de organizar ataques en la vecina Uganda.
Mientras la situación sigue siendo terrible, las autoridades locales y los líderes comunitarios continúan presionando para que el gobierno nacional y la comunidad internacional intervengan y apoyen urgentemente para restablecer la paz y proteger a los civiles en la región.