En mi última columna, presenté a los lectores un documento publicado recientemente y producido por mí y un puñado de otros líderes regionales titulado “Una guía sobre los beneficios comunitarios en el suroeste de Pensilvania”.
Como expliqué la última vez, este documento surgió como respuesta a los billones de dólares que se están gastando, tanto a nivel nacional como mundial, en la transición hacia la energía limpia. En respuesta a esa inversión, la guía se centra en la cuestión de cómo garantizar mejor que los fondos públicos para la transición hacia la energía limpia se estén utilizando de manera justa y equitativa y beneficien a lugares como el condado de Beaver. El documento completo al que me refiero se puede encontrar en https://tinyurl.com/5mj7wdbe.
Durante la última semana, este recurso ha sido visto casi mil veces por lectores aquí en el suroeste de Pensilvania y en todo el país. Ha generado una extensa correspondencia y conversación, y ha confirmado el valor y la necesidad de una reflexión continua sobre la mejor manera de utilizar una financiación federal expansiva de maneras que puedan beneficiar genuinamente a las comunidades locales.
En un intento de resumir algunas de las ideas clave de la guía, creamos un «Breve código de ética para los procesos de beneficios comunitarios». Como explicamos en el documento, este breve conjunto de pautas tiene como objetivo servir como guía para los miembros de la comunidad y las corporaciones que buscan participar de manera auténtica en procesos de beneficios comunitarios que tengan más probabilidades de producir mayor justicia ambiental y beneficios para las comunidades desfavorecidas.
Además de esto, estas recomendaciones también son aplicables de manera más amplia al trabajo con comunidades de muchas maneras y en contextos variados. Por eso, tanto para arrojar algo de luz sobre la guía en sí como para centrar brevemente nuestra atención colectiva en la participación ética en la comunidad, pensé que compartiría esta breve sección con los lectores hoy.
He aquí entonces 10 principios engañosamente simples para guiar la interacción comunitaria ética.
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Un breve código de ética para los procesos de beneficios comunitarios
Historia – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben guiarse por una comprensión reflexiva y comprensiva de la historia de las comunidades desfavorecidas. Dichas comunidades han soportado una carga indebida de contaminación, desinversión y numerosos otros tipos de daños. Los beneficios comunitarios responsables deben procurar comprender y corregir activamente esos daños.
Honestidad – Las comunidades desfavorecidas han sido engañadas durante mucho tiempo por corporaciones que afirman tener en mente sus mejores intereses. Los procesos éticos de beneficios comunitarios deben basarse en una honestidad implacable sobre las futuras implicaciones que el desarrollo tendrá para una comunidad.
Transparencia – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben ser abiertos y visibles para la comunidad implicada en dichos procesos. Las comunidades no deben ser informadas de las decisiones que se toman en su nombre después de que se han tomado. En cambio, deben participar desde el principio en procesos públicos que estén realmente abiertos a la participación, el escrutinio y la revisión de la comunidad.
Ecología – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben dar prioridad inexorablemente a las consideraciones ecológicas por encima de las conveniencias económicas. Los procesos de beneficios comunitarios nunca deben ignorar, perpetuar o exacerbar las consecuencias negativas para el medio ambiente o la salud de la comunidad. Dichos procesos deberían, en cambio, tratar de mitigar y corregir los resultados ambientales negativos que surgen de prácticas históricas injustas.
Localismo – Las comunidades desfavorecidas están llenas de residentes e instituciones que albergan una gran riqueza de conocimientos, perspicacia y sabiduría. Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben elevar y centrar deliberadamente esa perspicacia comunitaria. El hecho de no crear beneficios que respondan a ese conocimiento colectivo delata una falta de atención y profundidad a la hora de comprender y responder a las necesidades únicas de la comunidad que recibe esos beneficios.
Inclusividad – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben incluir una red amplia y representativa de partes interesadas de la comunidad. Una participación limitada, una representación insuficiente o redes insulares perpetuarán la injusticia comunitaria y amenazarán la cohesión comunitaria.
Cambio estructural – Muchos de los perjuicios históricos que han sufrido las comunidades desfavorecidas tienen su raíz en desigualdades estructurales perpetuadas por una toma de decisiones miope o extractiva. Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben trabajar para comprender y corregir esas desigualdades estructurales y no simplemente tratar de aplacar la frustración causada por esa injusticia histórica.
Ineficacia – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben estar dispuestos a hacer frente al tipo de ineficiencia que se requiere de procesos comunitarios informados históricamente, honestos, transparentes e inclusivos. Dichos procesos no deben privilegiar la conveniencia en detrimento de las preocupaciones de la comunidad.
Beneficio mutuo – Los procesos de beneficios comunitarios éticos deben funcionar para generar beneficios mutuos tanto para los intereses de la comunidad como para las entidades corporativas. Esto requerirá ceder intencionalmente la autoridad a los actores de la comunidad, elevar sus intereses y aprender que el respeto correcto a la comunidad generará beneficios mutuos que, a largo plazo, servirán mejor a los intereses de todas las partes involucradas.
Creatividad – Todo proceso que pretenda generar beneficios comunitarios de manera ética debe basarse en una capacidad creativa para repensar prácticas, instituciones, valores y normas de larga data. Quienes deseen participar genuinamente en un proceso de beneficios comunitarios éticos deben estar dispuestos a emprender un viaje con las partes interesadas de la comunidad basado en la creatividad y la apertura a nuevas formas de pensar. Es poco probable que la confianza en procesos y patrones históricos de participación del público produzca los tipos de resultados que realmente benefician a las comunidades desfavorecidas. Cualquier corporación reflexiva y con principios que busque generar beneficios comunitarios éticos debe estar dispuesta a forjar de manera creativa nuevos patrones de participación con las partes interesadas de la comunidad.
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Si este breve extracto ha despertado su interés y aún no ha tenido la oportunidad de ver la guía, puede encontrar el documento completo aquí: https://tinyurl.com/5mj7wdbe.
Como siempre, estoy ansioso por seguir conversando y aprender cómo se involucran con las ideas presentadas aquí.
Así que espero tener noticias tuyas pronto.
Daniel Rossi-Keen, Ph.D., es copropietario de eQuip Books, una librería comunitaria en Aliquippa y director ejecutivo de RiverWise, una organización sin fines de lucro que emplea prácticas de desarrollo sustentable para crear una identidad regional en torno a los ríos del condado de Beaver. Puede comunicarse con Daniel en [email protected].
Este artículo apareció originalmente en Beaver County Times: Un código de ética para los procesos de beneficios comunitarios