Ashley Judd ha recordado cómo se sintió «arrinconada e impotente» por los agentes de policía el día de la muerte de su madre Naomi Judd.
La cantante y actriz Naomi, que formó el dúo de música country The Judds con su hija mayor, Wynonna Judd, se suicidó el 30 de abril a los 76 años tras una larga lucha contra una enfermedad mental.
En un ensayo para The New York Times publicado el miércoles, Ashley describió cómo «arrojó respuestas a borbotones» durante cuatro entrevistas en las que los investigadores «insistieron» en que participara ese trágico día.
«Me sentí acorralada e impotente cuando los oficiales de la ley comenzaron a interrogarme mientras lo último de la vida de mi madre se desvanecía», recordó. «Quería consolarla, diciéndole que estaba a punto de ver a su papá y a su hermano menor cuando ‘se fue a casa’, como decimos en Appalachia. En cambio, sin que se indicara, tenía opciones sobre cuándo, dónde y cómo participar, comencé una serie de entrevistas que me parecían obligatorias e impuestas que me alejaron del precioso final de la vida de mi madre».
Si bien Ashley acepta que los oficiales estaban siguiendo «procedimientos y métodos de entrevista obsoletos», en un momento, cuestionó si se la consideraba sospechosa de la muerte de su madre.
«Ahora es bien sabido que el personal encargado de hacer cumplir la ley debe recibir capacitación sobre cómo responder e investigar casos que involucran trauma, pero los hombres que estaban presentes nos dejaron sin ningún límite sensible, interrogados y, en mi caso, como si yo fuera un posible sospechoso del suicidio de mi madre», continuó el hombre de 54 años.
Ashley y Wynonna, así como el esposo de Naomi, Larry Strickland, presentaron una petición en un tribunal de Tennessee a principios de este mes para pedirle a un juez que selle los informes policiales y las grabaciones tomadas en el momento de la muerte de la cantante.
La actriz de Kiss the Girls señaló que decidió tomar medidas porque cree que el «horror» de perder a su madre «solo empeorará» si los detalles que rodean su fallecimiento se hacen públicos.
«Preguntamos porque la privacidad en la muerte es una muerte con más dignidad. Y para los que quedan atrás, la privacidad evita causar más daño a una familia que ya está permanente y dolorosamente alterada», agregó.