La crisis económica que Argentina atraviesa comenzó a sentirse en un sector en el que nunca se hubiera pensado. Y es que este país es conocido por su cultura carnívora y su prolífica industria agropecuaria; Sin embargo, son cada vez más los argentinos que han tenido que dejar de comer carne por su elevado precio y se han volcado a productos alternativos, como el pollo.
“A veces tengo que prohibirme de comer lo que tengo que comer para pagar los impuestos”, dijo a la Voz de America la argentina María Cristina Moyano, durante una conversación en su casa en Buenos Aires, la capital del país. Ella es jubilada y cobra la pensión mínima, que muchas veces no alcanza para cubrir la canasta de alimentos básicos.
“Tratamos de cambiar un poco el hábito alimenticio, no tanta carne”, admitió Marcelo Frías, un enfermero que vive en el barrio porteño de Flores junto a su hija de 7 años y su esposa, que trabaja en el sector farmacéutico.
A pesar de las diferencias entre María Cristina (jubilada) y Marcelo (empleado del sector de la enfermería), la situación económica los ha llevado a ambos a hacer cambios en sus hábitos alimenticios. Como ellos, muchos concuerdan en que en el país conocido por la producción y consumo de carne de vacas, muchos de sus pobladores se han visto obligados a dejar de comer carne y sustituirlo por el pollo.
“Antes mis chicos venían a comer siempre los fines de semana. Hacíamos asado, todo… y ahora para mí es imposible. No quiero que vengan mis hijos tampoco a verme a mí en esta situación”, lamentó María Cristina.
Marcelo Frías dijo incluso que la situación se ha empeorado. «No hace mucho, hace menos de siete o seis meses, comíamos asado dos veces a la semana. Un domingo o un sábado a la noche con pechito, chorizo y vino, ensaladas varias. Y ahora no podemos ir a ningún lado”.
Este es un fenómeno que, según expertos, se aceleró en los últimos meses. Hace dos años, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ubicó a Argentina como el país con el mayor consumo de carne vacuna per cápita (con 46,9 kilos). Pero ahora, por el aumento de precios, en los últimos dos meses el consumo de carne se redujo en aproximadamente un 12 %, tal como relevó la Cámara de la industria y Comercio de Carnes y derivados.
En el último año, el precio de la carne aumentó un 307 %, según reveló un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina. Cifra que, inclusive, superó la inflación anual argentina que se ubicó en 211,4 %, de acuerdo con cifras oficiales.
Las cifras tienen un impacto en la realidad y quedan a la vista al recorrer las distintas carnicerías que hay en la capital argentina. “Llevan bastante por unidad más que por cantidad. La gente dice que no le alcanza, que lleva para el día. Que come carne una o dos veces por semana. Se consume bastante pollo”, detalla el carnicero Fausto Ruiz en conversación con la VOA.
El presidente Javier Milei aseguró que la inflación disminuirá gradualmente en los próximos meses. Muchos confían en que esta proyección se haga realidad, pero temen por el futuro de sus finanzas personales y gastos diarios.
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