Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresó preocupaciones similares el día de la inauguración de la sesión de verano del Consejo, y agregó que las autoridades de facto habían “desmantelado los principios más fundamentales de los derechos humanos, en particular para las mujeres y las niñas”.
En un informe conjunto presentado al Consejo por la Relatora Especial para Afganistán y el Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas, los expertos Richard Bennett y Dorothy Estrada-Tanck dijeron que su situación se encontraba entre las peores del mundo.
Su informe pide a las autoridades de facto que respeten y restablezcan los derechos humanos de las mujeres y las niñas. También insta a la comunidad internacional y a la ONU a prestar más atención a la discriminación generalizada contra mujeres y niñas en Afganistán.
Sesgo ideológico
“También llamamos la atención del Consejo sobre nuestra profunda preocupación de que estas graves privaciones de los derechos humanos fundamentales de las mujeres y las niñas y la dura aplicación por parte de las autoridades de facto de sus medidas restrictivas puedan constituir un crimen de lesa humanidad de persecución por motivos de género”, dijo el Sr. Bennett.
“Discriminación grave, sistemática e institucionalizada contra las mujeres y las niñas está en el corazón de la ideología y el gobierno de los talibanes, lo que también genera preocupaciones de que puedan ser responsables del apartheid de género”.
Haciéndose eco de esas preocupaciones, la Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif, insistió en que a pesar de las reiteradas afirmaciones en contrario de las autoridades de facto, “en los últimos 22 meses, todos los aspectos de la vida de las mujeres y las niñas han sido restringidosedición Son discriminados en todos los sentidos”.
El Sr. Bennett, quien visitó Kabul y Mazar-e-Sharif en Afganistán para cumplir con su mandato de Relator Especial, confirmó que no podía reportar mejoras en la situación de los derechos humanos “ciertamente no para las mujeres y niñas cuyas la situación solo ha empeoradoni para otros miembros de la población que están marginados, asociados con la antigua República Islámica, o que resisten o incluso no están de acuerdo con la ideología de los talibanes”.
Sentirse ‘enterrado vivo’
Shaharzad Akbar, Directora Ejecutiva de la ONG afgana Rawadari, dijo al Consejo que hablan de “ser enterradas vivas, respirar pero no poder hacer mucho más sin enfrentar restricciones y castigos, sus vidas se detuvieron mientras la vida de los hombres que las rodean, sus hijos varones, sus hermanos, sus esposos, sigue adelante”.
La Sra. Akbar también destacó el abismo entre el gobierno talibán y otros países musulmanes vecinos donde las mujeres pueden buscar educación, perseguir sus sueños, viajar al espacio y participar en política.
Pero no en Afganistán, donde el “Los talibanes han convertido a Afganistán en un cementerio masivo de las ambiciones, los sueños y el potencial de las mujeres y niñas afganas”.