En un fuerte llamamiento personal, el secretario general de la ONU tuiteó el domingo que los últimos 12 meses representaron “un año de conocimientos perdidos y oportunidades que nunca recuperarán”.
Haciéndose eco de la llamada del Sr. Guterrres, el Misión de la ONU allí repitió su demanda de que la prohibición sea revocada de inmediato.
Marcos Potzel, jefe interino de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA)describió el aniversario del domingo como “un trágico, vergonzoso y completamente evitable» desarrollo.
La continua exclusión de las niñas de las clases de la escuela secundaria “ha sin justificación creíble y no tiene paralelo en ninguna parte del mundo”, dijo el Sr. Potzel.
Una generación perdida
Agregó que la decisión, tomada poco después de que los combatientes talibanes invadieran rápidamente Kabul en agosto pasado, había sido “profundamente perjudicial para una generación de niñas y para el futuro de Afganistán”.
Cuando las escuelas secundarias de Afganistán reabrieron para los niños el 18 de septiembre del año pasado, los gobernantes talibanes recién instalados emitieron una orden para que las niñas de 12 a 18 años permanecieran en casa, lo que afectó a los grados siete a 12.
Se estima que a más de un millón de niñas se les prohibió asistir a clases de secundaria durante el año pasado, a pesar de la condena internacional y las promesas de las autoridades de que la situación se remediaría.
La ventana de oportunidad se estrecha
“La ONU hace un nuevo llamado a los talibanes para que reviertan la serie de medidas que han introducido para restringir el disfrute de las mujeres y niñas afganas de sus derechos y libertades básicos”, dijo el Sr. Potzel, quien también es el Secretario General de la ONURepresentante Especial Adjunto para Afganistán.
“La ventana de oportunidad puede estar reduciéndose, pero los instamos a tomar medidas concretas – como permitir activamente que las niñas regresen a la escuela secundaria – que puede levantar a Afganistán y dar esperanza a su gente”.
El experto y veterano diplomático afgano, que recientemente se desempeñó como embajador de Alemania en Afganistán, insistió en que la responsabilidad recaía en los talibanes “crear condiciones favorables para la pazinclusión, seguridad, derechos humanos y recuperación económica”.
Y agregó que la comunidad internacional “sigue dispuesta” a apoyar a un gobierno que represente “a todo su pueblo y respete sus derechos”.