El presidente argentino, Alberto Fernández, quedó envuelto en una polémica este jueves al expresar la esperanza de que el fiscal de una causa por corrupción contra la vicepresidenta Cristina Fernández no se suicide como, según él, lo hizo otro fiscal que presentó cargos contra ella.
La coalición opositora Juntos por el Cambio caracterizó las declaraciones de Fernández como “una velada amenaza a la seguridad personal del fiscal federal”. Algunos dirigentes políticos dijeron que presentarían cargos en su contra.
El fiscal Alberto Nisman murió de una herida de bala en enero de 2015 en la víspera de la audiencia en la que debía presentar pruebas contra la entonces presidenta Cristina Fernández, a quien había acusado de conspirar con Irán para encubrir su presunta participación en la bomba que Destruyó un centro comunitario judío en 1994.
Aliados de la expresidenta sostienen que Nisman se suicidó, pero los opositores afirman que lo asesinaron o lo instigaron a suicidarse.
En una entrevista televisada el miércoles por la noche, Fernández defendió con firmeza a la vicepresidenta, acusada de corrupción en relación con contratos de obras públicas otorgados durante su gobierno en 2007-2015. Esta semana, el fiscal Diego Luciani pidió una condena de 12 años para la expresidenta.
Preguntado su opinión sobre un pedido reciente de la Corte Suprema de mayor seguridad para jueces y fiscales, Fernández dijo que se debía a que “siempre está el recuerdo de Nisman”.
Fernández dijo que era ridículo “alentar la idea de que le puede pasar al fiscal Luciani lo que le pasó a Nisman”.
“Miren, hasta acá, lo que le pasó a Nisman es que se suicidó, hasta acá no se probó otra cosa. Yo espero que no haga algo así el fiscal Luciani”, agregó.
La muerte de Nisman en circunstancias misteriosas ha dado lugar a conjeturas frenéticas en Argentina, donde el asunto encaja en las divisiones profundas entre arraigo y detractores de la expresidenta.
La investigación de la muerte de Nisman sigue abierta. El juez Julián Ercolini acusó a un sospechoso a multas de 2017 de ser “participar necesario” en su muerte, que él investiga como homicidio. Hay otros acusados en el caso.
Muchos dirigentes opositores y miembros del poder judicial se apresuraron a condenar a Fernández, quien se quejó de que “ha habido una enorme tergiversación” de lo que dijo.
Según Fernández, la polémica se debió a que había cuestionado la idea difundida del asesinato de Nisman, cuando “la verdad hasta acá no hay ninguna prueba que diga semejante cosa”.
Patricia Bullrich, presidenta del partido opositor Pro, prometió este jueves buscar que se presenten cargos contra el presidente “por amenazar al fiscal Luciani”. Otros legisladores también pidieron que se acusara al presidente por declaraciones que caracterizaron como temerarias y amenazantes.
La Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público Fiscal también repudió las declaraciones de Fernández, señalando que “sus dichos poseen un contenido desagradable y temerario hacia un funcionario que sólo ha cumplido su labor”.
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