El sábado, activistas tibetanos se reunieron frente al Museo Guimet de París para protestar contra la decisión del museo de reemplazar los materiales de la exposición que identifican ciertos artefactos como tibetanos por el nombre chino de la región. Los activistas afirman que el cambio de idioma es problemático porque responde a una narrativa política china que históricamente tiene como objetivo borrar la identidad cultural tibetana de los espacios públicos.
La protesta masiva, que algunas fuentes estiman que atrajo a 800 manifestantes, siguió a un informe en el periódico francés El mundo Según el mismo informe, el Musée Guimet y el Musée du quai Branly, dos importantes museos parisinos que albergan colecciones de arte asiático, alteraron sus materiales de exposición catalogando los artefactos tibetanos como derivados del término chino de “Región Autónoma de Xizang”.
Un puñado de grupos de defensa de la cultura tibetana con sede en Francia escribieron cartas a ambos museos, solicitando reuniones formales para discutir las razones y las implicaciones de los cambios de terminología, una solicitud que, según los activistas, fue aceptada por el Musée du quai Branly, pero no por su homólogo, el Musée Guimet.
A principios de este mes, Sikyong Penpa Tsering, presidente de la organización tibetana en el exilio Administración Central Tibetana, criticó duramente los cambios de nombre en una carta dirigida a funcionarios franceses de alto perfil, incluido el ministro de cultura y los directores de cada museo, alegando que los cambios de terminología están «satisfaciendo los deseos del gobierno de la República Popular China (RPC)» y no reconocen el movimiento de independencia del Tíbet.
El presidente exiliado también argumentó que la medida no está relacionada con la neutralidad o la corrección de hechos, argumentando que está relacionada con una estrategia iniciada por el Departamento de Trabajo del Frente Unido de China en 2023 para distorsionar las opiniones sobre la historia del Tíbet como entidad independiente. “Es particularmente desalentador que dichas instituciones culturales en Francia, una nación que aprecia la libertad, la igualdad y la fraternidad, estén actuando en complicidad con el gobierno de la República Popular China en su plan de borrar la identidad del Tíbet”, afirmaba la carta.
Los activistas acusaron a los museos de ser cómplices de la presión política china para socavar la cultura tibetana alterando y generalizando términos de catalogación que muestran las raíces tibetanas como distintas de las regiones chinas. Los organizadores piden que se devuelva el término “Tíbet” a los espacios de exposición de ambos museos.